El cuerpo de Burgos fue extraído del agua minutos más tarde por sus desesperados amigos, quienes a pesar de tratar de reanimarlo, pero ya era demasiado tarde.

Costumbre. Arturo Burgos Pincay señaló que es costumbre que durante el invierno los adolescentes del sector vayan a bañarse al estero o espejos de agua, y aunque siempre le había dicho a su hijo que tuviera cuidado, nunca se imaginó esta tragedia.

“Las aguas no son tan correntosas en esta parte del cantón. Quizás mi hijo se golpeó con algo al caer al agua. Él era un buen chico y muy trabajador”, dijo con la voz entrecortada el dolido padre. 

Una vez realizado el levantamiento del cadáver fue llevado hasta la morgue de Vinces donde se realizó la autopsia. 

“Presumimos que al sumergirse violentamente al agua se dio un golpe que lo dejó inconsciente, entrando agua a sus pulmones, situación que le cegó la vida”, indicó Freddy Pérez, médico forense.