Guayas, Pichincha, Manabí, Los Ríos y Esmeraldas son las provincias que concentran el mayor número de embarazos adolescentes a nivel nacional.

Hasta el 2016, de los más 80.000 niños que nacieron de madres menores a 19 años, 20.548 nacieron en Guayas; 9.544 en Pichincha; 6.807 en Manabí; 5.744 en Los Ríos; y, 4.393 en Esmeraldas.

 

Apoyo. A Miriam Loor, directora de la fundación Nuevos Horizontes de Portoviejo, no le sorprenden estas cifras, pues reconoce que en Manabí “hay bastantes casos”, que en su mayoría se suelen dar en las zonas rurales.

Recuerda que del 2004 al 2007 trabajaron en el proyecto internacional de fortalecimiento de los derechos humanos en menores víctimas de abuso sexual, y empezaron a salir a la luz los casos de niñas desde los 11 años que habían quedado embarazadas.

En esos tres años que duró el proyecto, 27 personas fueron sancionadas por abuso sexual a niñas y adolescentes, indicó.

Loor señaló que en esos procesos se evidenció la violación de niñas con discapacidad que habían quedado embarazadas.

Desde el 2009 la fundación Nuevos Horizontes trabaja con el Estado. Ese año el Gobierno firmó el decreto 620 con cinco ministerios para erradicar la violencia de género en el país, señaló Loor.

“Ahí aparecieron otros casos y nos llamaron a juicio por los que habían quedado pendientes”, refirió. 

La sanción máxima que ha recibido una persona en Manabí por el delito de violación a una menor de edad, ha sido de 29 años, recalcó Loor. Esa es la pena máxima que establece el Código Orgánico Integral Penal.

 

Más cifras. De acuerdo a datos del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC) del 2014, demuestran que 49,3 de cada 1.000 hijos nacidos vivos fueron de madres adolescentes, de hasta 19 años.

Las progenitoras menores de 15 años representan el 3%. Las madres de entre 15 y 17 años conforman el 23%. Mientras que las mamás de entre 18 y 19 años ocuparon el 23,3%. Según el informe, en total 12 de cada 100 adolescentes de 12 a 19 años son madres.

Loor indica que los casos de niñas madres no es que hayan aumentado, pues en décadas pasadas no eran denunciados y más bien había “arreglos” entre familiares. Las menores se terminaban casando con los abusadores. De esos matrimonios dijo haber sido testigo en el Registro Civil.