Actualizado hace: 940 días 13 horas 53 minutos
Germán Gallegos
Manabí, impuestos y empleo

Las provincias de Manabí y Esmeraldas entre el periodo 2014 al 2017 se vieron influenciadas por un IVA emergente del 12%, más otros beneficios tributarios contemplados en la Ley de Solidaridad desde mediados del 2016, mientras que en el resto del país regía el IVA de 14% por un año.

Domingo 10 Febrero 2019 | 04:00

Esta medida hizo que se revierta la caída sostenida de nuevas empresas en Manabí, en los años 2015 y 2016, al punto que para el 2017 esta cifra creció en 6,1% respecto al 2014. Este favorable porcentaje no es casual, un IVA menor al resto del país permitió el surgimiento de empresas medianas y grandes principalmente, sólo las pequeñas disminuyeron levemente.
A más empresas más empleo, sin embargo, el empleo en Manabí casi no creció en este periodo. La disminución del empleo de las pequeñas empresas fue compensada por el incremento de la demanda de mano de obra de las nuevas empresas e inversiones. Otra vez ese IVA fue un elemento crucial al momento de generar empleo en la provincia, contrario que a nivel nacional la creación de nuevas empresas fue del 1,6%, cifra que fue incapaz de absorber las reducciones de personal, el desempleo aumentaba a nivel país en 5% hasta el 2017. 
En términos de productividad Manabí creció 5%, se detuvo una caída sostenida de la productividad de los años precedentes al 2017, mientras que a nivel nacional se redujo en 4%. Si bien es cierto es un muy buen indicador relativo, en un término absoluto aún está lejos del promedio nacional, un trabajador promedio en Manabí en el 2017 representa en la relación ventas por trabajador una cifra de $34.000, siendo este indicador mucho mayor a nivel nacional, valor influenciado principalmente por la existencia de producción agropecuaria de baja productividad de la provincia. 
En síntesis, el crecimiento de Manabí se debió principalmente a que existieron incentivos tributarios que fueron atractivos para la inversión y creación de empresas grandes, teniendo efectos positivos en el empleo, productividad y dado su tamaño por lo general no son evasoras. Las micro y pequeñas empresas por sus dimensiones presentan facilidades a la evasión y en consecuencia este incentivo es poco atrayente.  
La situación económica del país hace que se ponga en análisis subir el IVA, si suben los impuestos se desarrolla el estímulo a la evasión con la misma intensidad del nivel del incremento, por otro lado se desestimulan en las empresas la inversión en tecnología que haga más productivos sus procesos, lo dicho sobre la base que los impuestos reducen las utilidades que podrían generar dichas inversiones.
Es tiempo de elecciones y las autoridades seccionales futuras deben saber cómo atraer, retener y ampliar el sector privado, entonces qué hacer; una de las acciones principales sería no imponer nuevos o mayores impuestos, con ello estimular la creación de empleos y de mayor productividad laboral que puedan justificar mejores salarios, eso lo resume Ludwig Erhard, padre del milagro económico alemán de posguerra quien dijo: “Lo que hoy es inversión del patrono mañana es ganancia del obrero”.
Hay que dejar de lado la creencia que los déficits fiscales se corrigen subiendo impuestos, es como decir que los problemas financieros de una empresa, por mala administración, se solucionan subiendo los precios de sus productos.
 
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