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Perdió una de sus piernas pero no las ganas de vivir

Una motocicleta Honda 450 fue por muchos años su mejor amiga, Lo llevó a donde quiso ir, sin poner traba alguna.

Lunes 21 Enero 2019 | 11:00

Richard Bravo, siendo parte del área de señalización de la antigua Jefatura Provincial de Tránsito, sabía dónde correr y el momento para hacerlo. No abusaba de la velocidad y trató siempre de llevar una vida en paz.

El sábado 30 de abril del año 2005 fue embestido por un automóvil en el sector del antiguo Estanco de Portoviejo (ahora museo). La situación marcó su vida para siempre con la pérdida de la pierna izquierda.
Identificado con el deporte como el atletismo y las artes marciales, sabía que la entereza debía salir a flote y encarar el problema. Detrás suyo tenía a su familia comandados por María Guadamud (mamá), quienes no dieron espacio a la tragedia y lo animaron a enfrentar el desafío.  
Lucha. El accidente, de acuerdo a los entendidos, se trató de un choque por alcance, es decir un vehículo lo golpeó por la parte de atrás.
La potente moto cayó y se arrastró varios metros. Debajo del motor quedó la extremidad izquierda, siendo lastimada  por el peso de la motocicleta y el asfalto. 
Richard Bravo Guadamud fue atendido en el hospital Verdi Cevallos Balda, donde le dieron la asistencia emergente; sin embargo ante la falta de un cirujano vascular (en ese tiempo) fue transferido al hospital del Seguro Social en Guayaquil. 
Doce días estuvo en cama, inconsciente. Un día después los médicos pidieron autorización a la mamá para amputarle la pierna.
La gangrena contaminó la herida y fue necesaria quitarle esa parte de su humanidad; pero según dijo, la fuerza que le transmitió su progenitora fue tal, que le inyectó la motivación suficiente para asumir el reto, enfrentarlo y superarlo. 
“A veces se presentaba la depresión. No quería saber nada de nadie. Luego entendí que Dios me tenía un propósito”, expresó Bravo.
Activo. En noviembre del 2012 Richard Bravo pasó al área de Sistemas de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) . Es ingeniero en sistema con un 40% de discapacidad física.
Como él mismo lo dice, a pesar del obstáculo que le deparó la vida siguió superándose y en el mismo año de vincularse a la ANT obtuvo el título de Tecnólogo en Análisis de Sistema, en la sección de Soporte Tecnológico de acuerdo a su profesión. Tras concluir los estudios universitarios accedió al título de ingeniero en sistemas computacionales (2015), sin embargo a pesar de haber concretado esa aspiración su labor no es remunerada como profesional a pesar de los oficios.
“Lamento no ser tratado como el servidor público que soy. Es esfuerzo intelectual y físico debe ser recompensado”, indicó.
Calidad. Richard Bravo  dijo que hace  once años un amigo a quien encontró por casualidad y lo vio con muletas, preguntó el motivo. 
Entonces al contarle hizo la gestión ante el vicepresidente Lenín Moreno para conseguirle una prótesis por medio de la fundación Hermano Miguel de Quito.
La ha cuidado como una joya, ya que son escasas y difíciles de conseguir. Además en la provincia no existe un lugar donde le den mantenimiento a las prótesis, por lo tanto deben emplearla con limitaciones.
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