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Portoviejo
Muerte de amigo como advertencia

Dos balazos y posterior muerte de un conocido originaron que “Diego” (nombre protegido) le dijera adiós a la chulería.

Martes 15 Enero 2019 | 04:00

 Chulo es el que obtiene beneficios con la prostitución a costa de otra persona.

En el caso de “Diego” se dedicó durante 12 años a cuidar de su novia para evitar que clientes sexuales abusaran de su condición de mujer en los diversos burdeles donde prestó servicio. 
Tenía apenas 24 años de edad cuando una noche de bohemia se encontró con una trigueña hermosa de su misma edad, que lo cautivó. Desde que se toparon hubo química entre ellos, según dijo, y tras verse un día a la semana en la discoteca decidieron encontrarse más seguido.
Bares, salones de baile, calles y avenidas se convirtieron en los lugares frecuentados por los enamorados, terminando por lo general en una pensión o en un motel.
Llegó el momento que el bolsillo de ambos no resistió más. La economía tocó fondo y los amantes temían perder el contacto.
Tras meses de diversión y fiestas llegó la hora de hacer algo para obtener dinero.
Ya en ese momento no contaba la vergüenza, así que no faltó el buen amigo que les indicara los pasos a seguir para la que novia de Diego ingresara a la prostitución.
Su ausencia. “Diego” y “Carolina” lograron los contactos, y en un burdel de Jaramijó se dio el debut de ambos en sus respectivas funciones: la mujer como prostituta y el varón como chulo. 
“Fue duro. Tenía que tragar grueso viendo a otros hombres haciendo fila para acostarse con mi mujer”, dijo.
Pero el malestar se fue cuando vio el dinero producto de los “puntos” de su pareja. La recién llegada fue ganando espacio hasta convertirse en una de las más solicitadas del prostíbulo. 
Los bailes y las fiestas fueron interminables. En Quito, tras la muerte de un amigo, chulo como él, se dio cuenta de que no podía seguir en ese mundo.
Debía andar armado todo el tiempo, listo y preparado para responder a cualquier circunstancia. 
“Cierta vez a un bar no dejamos entrar a varios sujetos”, citó.
A los días llegó uno de los “botados” armado con un revólver, se le puso de frente a mi amigo y disparó dos veces”, expresó Diego. 
Entonces lo llevó al hospital, donde confirmaron la muerte. “Ese pude ser yo, así que colgué todo”, dijo.
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