Como consta en el título, en el “Manta Running” así se nombró a la atlética prueba que propusieron Tito Espíndola y esposa, coordinados por el “Profe” Bienvenido Mejía, para por medio de postas de trotadores, unir nuestro puerto de Manta con el manabita, nórdico y lejano Cojimíes. Inicialmente sonó como algo descabellado el trotar 240 Kmts. con el objeto de fomentar el deporte, el turismo y la gastronomía; pero pronto los proponentes contagiaron su entusiasmo con razones que fueron comprobadas, conociéndose que en los USA, donde reside y tiene sus negocios pesqueros el matrimonio Espíndola y familia, se realizan pruebas de este tipo, muchas de ellas con factores de más dificultad, por decir a campo traviesa; también, en el norte de España es trotado el camino “Santiago de Compostela” que es el que usan los devotos peregrinos de esa tradición religiosa. Siendo así, el viernes 4 de enero reciente, desde las letras del malecón de Manta, cercanas al Yacht Club, a las 3 y media de la madrugada, partieron los integrantes de la primera posta para cubrir los iniciales 15 Kmts. de la ruta al norte.
A la altura de la toma de agua a tanqueros, sito en la vía Manta-Rocafuerte, a las 5:30 horas, quienes iniciaron “La Aventura” fueron relevados por la posta mixta que culminó su trote casi donde se empata con la vía que conduce de Portoviejo a Crucita; y así, ese día se sucedieron las varias postas, hasta que la noche llamó al descanso en el cantón Jama. Con estoicismo, el sábado 6 otra vez madrugaron los corredores a quienes la programación les había asignado abrir esa segunda jornada, bajo una gran lluvia que los acompañó hasta Pedernales, donde luego del desayuno y fortalecidos con la llegada de nuevos “aventureros”, se atacaron los tramos finales hasta Cojimíes, a donde las varias postas se unificaron en una veintena de triunfantes atletas de diversas condiciones y sexos, que a eso del mediodía arribaron a la fijada meta.
Esta es una apretada reseña del par de días que los corredores y sus respectivos apoyos logísticos emplearon en lo que sería un quijotismo, mismo que podría ser un detonante y estímulo a la actividad turística a la que Manabí agresivamente debe acometer para llegar a ser -tal nos engañó el “correato”- la “provincia del milenio”; lo comprobamos al, sin la prisa de un viaje, admirar los variados fantásticos entornos y paisajes campesinos que se intercalan con los que ofrece el mar en la ruta que cubrió “La Aventura”. Con grandes dosis de esfuerzo y real sudor, los atletas e integrantes del “Manta Running” posiblemente pusieron la primera piedra de algo que las autoridades podrían valorar y potenciar, para que agregando la adecuada difusión y publicidad, con otros recorridos y escenarios, motivarían el turismo por medio del deporte y así lograrían beneficiar a muchos habitantes de esta sin par tierra manabita.
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