Es por esto que la incorporación de cámaras de seguridad a buses y taxis ha permitido que la ciudadanía se sienta más segura. Y con la ‘puesta en marcha’ de la adecuación de cinturones de seguridad, no hace mucho, para mí eran cambios de gran relieve y avizoraba un mejor prospecto respecto a la protección que como norma general procura proveer una nación.
Pero, constatando, diversas cooperativas lo implementaron, aunque no todas, y no en la totalidad de sus unidades. Aún falta un porcentaje que yo calificaría significativo en cuanto a la ubicación de este ‘aparato’ que nos permite sujetarnos al asiento y así evitar, si ocurre algún infortunado accidente, en la medida de lo posible, traumatismos craneoencefálicos que son de marcada afectación para los familiares de las víctimas por la incapacidad laboral a la cual a menudo somete esto.
El problema aquí radica en que, si pueden observar, estos cinturones han sido en su mayoría inutilizables, no están puestos como se debe, e invito a que se den cuenta de ello.
Parece que los han ubicado por cumplir la norma, mas no, permítaseme decir, velar por el bienestar de quien hace uso de este servicio.
Invito a la reflexión pues, por lo general, las personas no tenemos la cultura del uso de estas medidas de seguridad, por considerarlas, probablemente, innecesarias. Como quien dice, hasta que nos pase nos daremos cuenta de ello. Y para evitar graves tragedias, sería bueno que vayamos tomando conciencia acerca de estos aspectos que podrían marcar la diferencia.