El escaso movimiento comercial es uno de los síntomas severos de una contracción económica local cuyos efectos se sienten en gran parte de la población. Los comerciantes reportan pocas ventas y ni siquiera han podido acceder a las líneas de crédito que ofrece la banca pública debido a la serie de requisitos que se exigen. En este sentido, quienes realmente necesitan levantarse de las pérdidas sufridas por el catastrófico evento se han convertido en los menos favorecidos.

El turismo se ha reactivado en un proceso lento y en medio de dificultades. La lentitud con la que avanzan ciertas obras, entre ellas las del soterramiento de cables en el centro de Bahía de Caráquez, desmotiva a los visitantes, y a ello se une la escasa promoción que se hace los atractivos naturales de este cantón.

Siguen en espera la construcción del nuevo hospital y la continuación de los trabajos en la vía de acceso a Bahía.

En las parroquias también se espera el impulso productivo en los sectores comercial y agropecuario, principalmente.

A sus 143 años de vida cantonal, Sucre espera una especial atención de las autoridades en todos los planos, para que se empuje con fuerza su reactivación y retome el sitial de jurisdicción pujante y productiva que ha tenido durante siglos.