Para muchos el primer objetivo es “pasar legalmente a Guatemala porque no somos delincuentes”, mientras que otros, por la falta de documentos, prefieren las veredas y pasar al vecino país por “puntos ciegos”, arriesgándose a ir a dar frente a un retén policial y militar de la vecina nación, que los retorna a Honduras en buses.

Cada migrante es una historia triste que resumen en que se van del país por la falta de empleo, la inseguridad o bajos salarios, sin que, según ellos, asome la esperanza del bienestar que anhelan.

En el retén de Honduras los migrantes logran pasar después de un lento proceso, siempre y cuando presenten su documento personal y digan que van para Guatemala, país que ayer reabrió su punto de registro migratorio, el que cerró el martes por la masiva cantidad de hondureños.

Trump. El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó ayer con ordenar a sus militares que “cierren” la frontera con México si no se detiene la “arremetida” de inmigrantes centroamericanos que llegan a Estados Unidos, mientras una caravana con cientos de hondureños proseguía su camino hacia el norte.

Trump, que el pasado martes advirtió a Honduras, Guatemala y El Salvador de que les cortaría la ayuda económica si no frenan el avance de la caravana ni evitan, en general, que sus ciudadanos emigren hacia el norte, avisó ayer de que él mismo podría tomar medidas extremas para asegurar la frontera sur de EE.UU.

“Debo, en los términos más enérgicos, pedir a México que detenga esta arremetida (de inmigrantes), y si no pueden hacerlo, llamaré a los militares de EE.UU. y cerraré nuestra frontera sur”, afirmó Trump en su cuenta de Twitter.

La Casa Blanca evitó dar más detalles sobre la amenaza de Trump.