Adicionalmente y poco mencionado, existe un elemento contaminante que en contacto con el aire contamina 25 veces más que el CO2. Este elemento es conocido con el nombre de “gas metano” y se genera a partir de la descomposición de los desechos sólidos urbanos, regularmente almacenados en los rellenos sanitarios de las ciudades de Ecuador.

Ante esta situación y en conocimiento del significativo impacto ambiental producido por la descomposición de los residuos orgánicos, incluso mayores a los producidos por las emisiones del CO2 provenientes de los vehículos públicos y privados, podríamos empezar a buscar una alternativa que elimine, reduzca o transforme el gas metano en un elemento no nocivo para el medio ambiente.

En respuesta, el gas metano por su propiedad generadora de calor, puede ser utilizado como un importante combustible renovable para la generación de energía eléctrica; tecnología, que además de contribuir al cuidado ambiental, también produciría energía eléctrica limpia, renovable y de bajo costo, permitiendo ser aprovechada por los habitantes de Ecuador.

En Portoviejo específicamente, considerando un promedio de producción de 184 toneladas de desechos orgánicos por día, su conversión en energía eléctrica equivaldría a reducir la contaminación producida por el parque automotor en un 157 %.  A esto, podemos agregar que un promedio de 3.600 familias se beneficiaría del aprovechamiento de una energía eléctrica limpia proveniente de fuentes renovables y  a bajo costo. Claro está, que de aquí se originaría también la necesidad de complementar esta iniciativa con programas de concienciación sobre la clasificación de los desechos de procedencia doméstica.

Portoviejo no sería la primera ciudad en Ecuador en implementar esta tecnología que tuvo sus inicios en la ciudad de Nottingham, Inglaterra, en el año 1874; pues, la ciudad de Quito, en octubre del 2017, inauguró la segunda fase del proyecto de generación eléctrica denominado “El Inga” construido a través de una alianza público-privada, y que, a su vez, le permitió sumarse a la lista de proyectos similares construidos en países como Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Honduras y México.

Los habitantes generamos día a día un recurso renovable conocido como “basura”, que a través de un programa de inversión e implementación de tecnología apropiada, no solo que aportaría de manera significativa con la conservación de nuestro ambiente, sino también nos beneficiaría con una energía eléctrica eco amigable. Esta es una valiosa oportunidad para los GAD municipales, Universidades, Escuelas Politécnicas, Institutos Superiores y gremios profesionales, para desarrollar proyectos con aprovechamiento de los recursos renovables existentes. 

La decisión es nuestra; Portoviejo, ciudad sostenible.