La capacitación debe ser uno de esos requisitos obligatorios. Y debería abarcar no solo el conocimiento de las normas de tránsito, sino la aplicación de ejemplos prácticos que muestren las consecuencias de no respetar las reglas.

Las cifras de la Agencia Nacional de Tránsito revelan que las motocicletas ocupan el segundo lugar en accidentes, con el 11 por ciento de los casos. 

Las principales causas son conducir desatento a las condiciones de tránsito e ir a exceso de velocidad.

El 31 por ciento de muertes por accidentes de tránsito se da en ocupantes de motos.

Ocho de cada diez pacientes con traumatismos que llegan al hospital Verdi Cevallos son afectados en accidentes de motocicletas. Y este tipo de percances también ocasiona la mayor parte de operaciones de neurocirugía en esa casa de salud.

La lenta recuperación lleva a la para laboral y un tratamiento largo, que representa gastos para las empresas y el Estado.

Los datos estadísticos revelan una alta vulnerabilidad para quienes se desplazan en este tipo de vehículos, y también muestran la necesidad urgente de endurecer las exigencias. No por su liviandad pueden ignorar las normas de seguridad, velocidad, distancia y respeto a la señalética.

No se trata de aprender a manejar motocicletas; lo necesario es que aprendan a conducirlas con responsabilidad y conscientes del riesgo que las faltas a las normas de tránsito pueden representar para sus vidas y las de sus semejantes.