El general Nelson Villegas, comandante de la Policía, informó que la cocaína estaba en una bodega que funcionaba como centro de acopio para guardar y luego distribuir los bloques en sacos.

El cargamento fue incautado el domingo a las 22h00 por casualidad, cuando dos policías acudieron al barrio Altamira a investigar un robo en la casa de un morador. 

La víctima fue amarrada por cinco delincuentes, quienes hicieron un hueco en una pared que daba con la bodega, de donde se robaron cinco sacos de droga.

Luego los ladrones empezaron a discutir y los vecinos llamaron a la Policía. 

Los delincuentes se marcharon y los agentes encontraron al afectado con los pies amarrados con una soga. 

Los policías se asomaron por el hueco y en ese momento descubrieron el cargamento de droga abandonado al otro lado de la casa. 

Había 41 sacos, un total de 1.250 bloques de cocaína. La operación no dejó detenidos.

Villegas manifestó que los “ladrillos” estaban envueltos con cinta de embalaje. Cada paquete tenía el logotipo “KW”.

Peso. La droga pesaba 1’474.400 gramos y fue hallada en una habitación,  en  un galpón y en un baño. 

Villegas explicó que la carga estaba valorada en el país en 2 millones de dólares, pero al llegar a su destino final, su valor incrementa a  $ 69 millones.  

La cocaína iba a ser distribuida en 14 millones de dosis.

El coronel Fabary Montalvo, jefe de la Unidad Antinarcóticos de Manabí, manifestó que están trabajando bajo una línea de operación para dar con los dueños de la droga.

La fiscal Ginger Mesías indicó que se levantó una investigación para determinar a quién le pertenece la bodega. 

El inmueble supuestamente había sido alquilado para guardar sillas, mesas y utensilios de plástico.