Como siempre, después de los saludos protocolarios en Carondelet, como era de esperarse, el discurso del vice fue para advertirnos del peligro a que se exponía el país, me imagino de la amenaza de la política de izquierda a la que los Estados Unidos se ha dedicado a combatir. No dijo lo que ese combate significaba y sus consecuencias. La verdad es que si no se sigue y no nos sometemos a la política neo-liberal impuesta por ellos, nos exponíamos a un embargo perdiendo todos los privilegios hasta ahora concedidos.

Las promesas vanas no dejaron de existir y las exigencias indecorosas tampoco. Como es costumbre, sí hubo promesa de dinero en la suma de un millón quinientos mil para la lucha contra la corrupción.

Dinero que irá a los bolsillos de jueces corruptos y falsos testigos para impugnar a gente inocente que jamás cometió delito alguno y que el único pecado fue servir en un régimen de izquierda, que cambió la faz de la patria para el bien de los mas desposeídos, enfermos, desempleados, de obreros explotados y abusados. 

Hay otras virtudes que ahora se trata de ignorar y usar el borrador de la infamia, la mentira y la justicia corrupta para tratar de desconocer la inmensa obra de infraestructura que les ofende a los que ahora quieren tomar las riendas del poder para imponer las mismas políticas impuestas por los organismos crediticios internacionales, que no son idóneos para los ecuatorianos por el simple hecho que no tenemos moneda propia. 

Lo peor, las leyes económicas que protegían la salida de divisas para que no vayan hacia paraísos fiscales; ahora se han borrado para satisfacer la gula desmedida conservadora de guardar dinero, no pagar impuestos y no invertirlo en el país.