Un grupo de jóvenes ecologistas y los vecinos del río Verde participaron ayer en una minga.
Verónica Narváez, ingeniera en biotecnología, explicó que lanzaron pelotas de barro, conocidas como pelotas EM, para reducir la carga orgánica del afluente.
El río recibe las descargas de fábricas de queso, alcantarillado y más. Durante un mes, cada fin de semana, repetirán esta actividad.