Él, con su esposa e hijos, fue parte de las primeras familias que se asentaron cuando a la zona se la conocía como Papagayo.

“Después fue creciendo la ciudadela y le pusieron el nuevo nombre”, comenta Gregorio, al recordar que cuando llegaron había ocho casas. El resto de terrenos estaba rodeado de árboles y maleza.

“Era así como está allá arriba, pura saiba”, comenta al señalar con su mano la parte alta.

A medida que la ciudadela se fue poblando, Gregorio dice que las necesidades por los servicios básicos también fueron creciendo.

Uno de los mayores requerimientos es la construcción del alcantarillado para dejar las pozas sépticas, señala Gregorio.

El mejoramiento de las calles es otro de los pedidos. Xavier Solís, director municipal de Obras Públicas, indica que en este sector se priorizó la ampliación del puente sobre el ducto cajón, y la vía se amplió a 12 metros, incluida la calle Atanasio Santos en una longitud de 252 metros.

“Por administración directa se realizó el bacheo, desde donde se culminó el proyecto hasta el final de la vía”, dijo.