Actualizado hace: 937 días 22 horas 37 minutos
Frutos recuerdan la mano de su hijo

La dureza de hombre de campo se quebranta cuando José Bazurto recuerda la forma de ser de su hijo.

Domingo 12 Agosto 2018 | 07:00

“Es imposible no recordarlo”, precisó, ya que en la casa y sus alrededores la mano de Miguel Abad Bazurto Zambrano, de 29 años, dejó sus frutos.

La familia habita en Puerto Loor, del cantón Rocafuerte. Vecinos recuerdan la velación y sepultura del técnico de sistema de riego y drenaje del Magap, quien pereció el 21 de octubre del 2016 en un accidente de tránsito registrado cerca al monumento a la Producción, ubicado en la vía Portoviejo-Crucita.
El día del percance, recordó el progenitor, Miguel y varios compañeros almorzaron en su casa porque habían trabajado cerca. Así que se unieron en la vivienda para analizar los resultados de la jornada y también comer algo antes de reportarse a Portoviejo.
 
Viaje. Los colegas de Miguel emprendieron el  retorno, pero él se quedó para bañarse. En ese momento se pasó el bus, y luego un amigo que solía llevarlo.
Después de las 15h00 un primo que habita al lado y que se movilizaba a Portoviejo se ofreció a llevarlo. Siempre usaba su motocicleta y no había tenido percance alguno.
Entonces los primos se desplazaron cada quien a presentarse a sus empleos.
 
Fatal. Alrededor de las 16h00 otra de las hijas de José Bazurto pasó por el redondel de Solca (como también se conoce al monumento a la Producción) y comentó: “Papi te cuento que he visto un accidente horrible. Un tráiler chocó con dos motociclistas”, citó.
El hombre, presintiendo algo malo, recordó que su hijo había salido en esa clase de vehículo, así que lo llamó al celular; sin respuesta alguna.
Minutos después escucharon por radio las consecuencias del accidente de tránsito. El tráiler, tras embestir a los motociclistas, se incendió.
La preocupación se apoderó de la familia, hasta que llegó un patrullero para buscar al progenitor y contarle sobre el accidente. Luego lo llevaron al hospital del Seguro para que supiera del estado del herido. 
José al oír la identidad del afectado sintió desmayarse, porque era su sobrino.
El cuerpo de su hijo, ya muerto, aún estaba en la vía.
“Él quería que los niños de la casa comieran frutas y plantó un árbol de fruta china; aunque no está presente es mi adoración”, precisó el agricultor. 
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