Boris Mera, jefe de Saneamiento de Portoaguas, señaló que el mayor número de pérdidas se registró tras el terremoto, especialmente en la zona cero.

Aunque en la zona céntrica hay pocas alcantarillas sin tapa, en las zonas periféricas es un problema común.  Mera acepta que así es y dijo que en la ciudad faltan unas 4.000 tapas de alcantarilla. Las de hormigón con hierro, que están en las veredas, cuestan 50 dólares y las de hierro fundido, que van en la calzada, 350 dólares. 

 

Solución. En vista de las pérdidas, desde hace 2 años Portoaguas coloca tapas de resina de poliéster que fabrica un portovejense, que cuestan 100 y 350 dólares. Mera dijo que tienen 5 años de garantía y son resistentes, además, al no poder reciclarse no se las roban.

En reposición de 3.000 tapas han invertido 270.000 dólares en 3 años, indicó.

 

Peligro. En zonas alejadas del centro es común observar los huecos de las alcantarillas, que son un riesgo para los peatones, especialmente en zonas oscuras.

Jaime Mendoza se preocupa porque sus hijos están en una escuela en la calle Che Guevara y Ricaurte, donde en las veredas hay un sinnúmero de alcantarillas sin tapa. Cerca de la dirección del IESS la situación se repite.

En ciudadelas como Los Tamarindos, La California, Los Olivos, son un problema, dijo Rosa Macías.