El francés relató que se preparó durante tres años para realizar esta travesía de riesgo, en los que estudió la geografía del salar y tuvo la oportunidad de hablar con otros que también lograron efectuar esa aventura, para recoger sus consejos.
Durante su comparecencia ante los medios mostró el equipo que le sirvió para hacer el particular viaje: una carpa, un pequeño carro a ruedas y unos cuantos bastones guía. Este desierto de sal está situado en la región andina de Potosí, en el suroeste de Bolivia, a unos 3.650 metros sobre el nivel del mar. El desafío fue apoyado por una asociación de personas ciegas de Francia y Bolivia.