La decisión de la Corte Constitucional termina con la dependencia directa de esta benemérita institución a los concejos cantonales, que en el caso de Portoviejo venía ya desde hace aproximadamente año y medio.

Aquello, si bien representa una nueva oportunidad para los casacas rojas, para demostrar que sí son capaces de manejarse con mayor libertad, al devolvérsele la responsabilidad de organizarse por ellos mismos, no deja de lado su subordinación al Estado en lo que la ley dispone, por ser parte de él.

Sin embargo, también significa volver a los frecuentes problemas de sostenimiento, que han debido enfrentar, muchas veces con angustia, sus consejos de administración y primeros jefes, pues los recursos económicos siempre han sido exiguos, dependientes de la escasa asignación estatal, cierto impuesto y tasas que son cobradas con dificultades.

Entonces, es esta buena oportunidad para emprender una nueva manera de administrar, apelando a la sensibilidad y la responsabilidad ciudadana, esforzándose para conseguir que la entidad logre ratificar la confianza ciudadana en ella, alcanzando la eficiencia que espera toda la colectividad.