Ambos cursan el Segundo Año de Educación Básica de la unidad educativa Liceo Héroes del 41, ubicado en la ciudadela Jardines del Este de Quevedo.

Ellos, al igual que sus compañeros, con entusiasmo  a través de esta metodología, aprenden sobre el cuidado de la naturaleza.

Su profesora es quien los guía en su propósito. 

El proyecto denominado la Tierra de Niñas, Niños y Jóvenes para el Buen Vivir (Tini),  forma parte del programa ambiental  que promueve desde el 2017 el Ministerio de Educación. 

Su implementación es de forma obligatoria en las escuelas y colegios públicos tanto privados como fiscomisionales del país. 

Así lo indica Juan Ortíz, vicerrector del plantel educativo en mención.

El docente explicó  que los estudiantes desde el Primero hasta el Décimo Año de Educación Básica, son quienes participan en esta actividad.

Además refirió que esta labor no tiene una calificación, porque el fin es involucrar a los estudiantes en el cuidado del ambiente para que luego lo apliquen en sus domicilios y compartan la iniciativa en los sectores donde residen.

“La participación es voluntaria y  los estudiantes, son quienes aportan con las plantas de diferentes especies,  el espacio para el cuidado y limpieza de sus huertos es de acuerdo al horario de clases”, relató el maestro. 

Apoyo. Grace Medina, es madre de una niña de 11 años, quien cursa el Octavo Año de Educación Básica en la Unidad Educativa Nicolás Infante  Díaz.

Ella expresa sentirse contenta con esta práctica educativa, porque considera que  de esta forma se estimula la participación de los estudiantes como agentes responsables del cambio social ambiental.

“Ellos comienzan a arreglar, a pintar, hacen carteles con sus nombres, y un sin número de manualidades con material reciclable, eso hace que ellos se liberen el proceso de  aprendizaje”, señaló la progenitora. 

Origen. El peruano Joaquín Leguía, es el autor de la metodología TiNi (Tierra de Niñas, Niños y Jóvenes).

Esta metodología nació en Perú de forma oficial en el año 2002, donde tuvo buena acogida en escuelas en distintas partes de este país, donde se instruyó a dividir la tierra en tres partes: un tercio para el niño, un tercio para los demás y el restante para la naturaleza.