Al menos ocho aldeas de Attapeu quedaron sumergidas parcialmente por los 5 mil millones de metros cúbicos de agua que liberó el derrumbe de una sección de una red de embalses en construcción en los ríos Xe Pian y Xe Namnoy.

Los equipos de búsqueda y rescate utilizan helicópteros y embarcaciones, menos de las que necesitan, para localizar a los desaparecidos y salvar a las personas que siguen atrapadas en sus casas o en árboles.

Rescate. El gobernador Bounhom Phommasane, del distrito Sanamxay, en Attapeu, declaró a los medios oficiales que ayer  tenían 2.851 personas rescatadas, pero que aún quedan más de 3 mil en espera de auxilio.

“Un segundo paso para nosotros será recuperar e identificar a los muertos, pero actualmente lo prioritario es encontrar a los que siguen con vida”, añadió el gobernador, según cita el diario Vientiane Times.

Agua potable, alimentos, medicinas, ropa o un lugar seco donde poder cobijarse figuran entre las necesidades básicas de los 6.600 damnificados.

La Cruz Roja de Laos tenía previsto distribuir 2.500 kilos de arroz, entre otros alimentos, mantas, lonas alquitranadas y unidades purificadoras de agua.

“El personal y voluntarios de la Cruz Roja de Laos están centrados en la asistencia de emergencia inmediata tras la riada”, dijo el director de la oficina en Bangkok de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Marwan Jilani, en un comunicado. 

Jilani detalló que disponen de gente con “experiencia en búsqueda y rescate, en primeros auxilios y que ha participado en otras inundaciones en el pasado”.

Ayuda. Los gobiernos de Singapur, Tailandia y Corea del Sur han sido entre los primeros en ofrecer o enviar asistencia a las víctimas.

La empresa vietnamita Hoang Anh Gia Lai ha alquilado un helicóptero para evacuar a 26 trabajadores suyos -que se habían quedado aislados tras la riada.

Las operaciones de búsqueda y rescate tienen que tener presente que los meteorólogos laosianos prevén precipitaciones entre fuertes y moderadas en los próximos días en la región, acompañadas de fuertes vientos.

Las presa derrumbada forma parte de un plan nacional para aprovechar la red fluvial del país y convertir a Laos en una fuente generadora de electricidad limpia para el Sudeste Asiático.

La sociedad de riesgo compartido Xe-Pian Xe-Namnoy Power Company ganó con una oferta de $1.020 millones el concurso para construir las tres centrales hidroeléctricas donde se produjo el accidente. La construcción comenzó en el 2013 y las obras deberían concluir en el 2019.

La sociedad atribuyó el derrumbe “a las continuas lluvias que causaron la entrada de un gran volumen de agua en el embalse”.