Mientras limpia las carteras que ofrece de pueblo en pueblo, Miguel Romero, quien participó en la feria de El Carmen, cuenta que en 25 años que lleva como comerciante le ha ocurrido de todo.

Él es oriundo de Machala, provincia de El Oro, y en su memoria guarda las festividades de cantones y pueblos a los que no deja de visitar.

Comentó que en ocasiones la vida de un comerciante es riesgosa, pues padecen de daños en su salud y hasta se convierten en presa fácil de la delincuencia.

Romero señaló que su labor implica dejar a sus hijos solos durante siete meses.

>Inconvenientes. Una historia similar tiene Carmen Chipuxy. Ella comentó que en los viajes realizados ha tenido complicaciones en su salud, pues la mayoría de veces se exponen a otro tipo de climas.

En cuanto a la alimentación, también han tenido problemas. “Hay lugares donde el agua no es de buena calidad, incluso hasta cuando nos bañamos se nos presentan daños en la piel”, añadió Chipuxy.

José Cueva, otro comerciante que acudió a la feria de El Carmen, dijo que hasta para dormir tiene complicaciones.

“Dormimos incómodos y para nuestro aseo personal debemos compartir el baño”, eso nos molesta, pero toca aceptarlo, indicó Cueva, sobre todo si de llevar el sustento al hogar se trata.