El crecimiento en infraestructura básica fue paulatina, comenta.

“Primero fue el servicio eléctrico, luego llegó el agua potable, y después alcantarillado sanitario.

La mayoría de las calles están a nivel de lastrado, sobre todo las transversales”, indica.

La principal es amplia y está asfaltada, por esta razón los conductores pasan a toda velocidad en sus vehículos, agrega.

El riesgo de un accidente ha obligado a los vecinos a hacer muros antitécnicos.

Están conscientes de que no es lo adecuado, por eso quieren que se les construya de manera apropiada, menciona Saltos.

Este morador también cuenta que el colector de aguas servidas está colapsado, lo que provoca reboses cada cierto tiempo. “Debemos tener paciencia porque las obras han de llegar en el momento indicado”, señala.

Desde Portoaguas se informó que el problema se originó desde el terremoto, por lo que de manera paliativa envían de una a dos veces por semana el carro sifonero. Sin embargo, ya trabajan en una solución definitiva, que consiste en el cambio de tuberías en varios tramos afectados.