El rabino del Muro, Shmuel Rabinovitch, solicitó que los fieles hicieran “examen de conciencia” después de la caída de la piedra, porque, según él: “este es un hecho muy inusual que no ha sucedido en décadas”.
“El hecho de que este incidente tan poderoso haya ocurrido justo después del ayuno de Tishá Be Av, cuando lloramos la destrucción de nuestros templos, suscita dudas y preguntas que el alma humana es demasiado pequeña para contener y que requiere un examen de conciencia”, añadió.
El pedrusco desprendido de una de las secciones herodianas del muro cayó en la zona llamada “plaza del rezo igualitario”, cerca de donde rezan las mujeres, que estaba vacía en ese momento.
La ortodoxia judía prohíbe a hombres y mujeres rezar juntos. Tras la caída de la piedra, un equipo de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI)examinó el área afectada.