¿En qué momento lo inaceptable pasó a mirarse con cierta benevolencia?

Estas y otras preguntas me han rondado en el pensamiento desde hace varios meses. Hoy terminaron de explotar. 

Acompañamos en una visita técnica a funcionarios de varias dependencias gubernamentales a la comuna Pile, del cantón Montecristi. 

Hay buenas intenciones de convertir a este pueblo tan especial en un pueblo mágico, ya que allí viven quienes elaborar el sombrero más fino del planeta. 

Oh sorpresa, el alcantarillado que con bombos y platillos se publicitó en aquellos años, después de la declaratoria del tejido del sombrero fino como patrimonio de la humanidad, fue abandonado y ahora hay zanjas, espacios que se han convertido en un verdadero peligro. 

Resultado: la población no cuenta con el alcantarillado, pero sí con calles que fueron destruidas a pretexto de las conexiones que se iban a efectuar y un recolector cuyos desechos contaminan el pequeño río.  

Valdría la pena averiguar quién estuvo a cargo de la obra, qué pasó con el trabajo, se cumplió solo en papeles, porque gracias a la “viveza criolla” hasta esto sucede. 

Al parecer, la comuna se encuentran abandonada por el Gobierno cantonal, me atrevo a suponer por lo del alcantarillado. Y lo que más duele es que esta comuna debió tener atención prioritaria desde los planes de salvaguarda.

Por suerte hay un interés de la primera dama de la República de que se intervenga en el lugar, aunando esfuerzos con el Miduvi Z4, Mintur CZ4, Empresa Pública Casa Para todos, y la Universidad Laica Eloy Alfaro que apoyará en la fase diagnóstica y el diseño de una casa emblemática tradicional, que servirá como centro de acopio y venta de los sombreros finos. 

El objetivo es dinamizar la economía del lugar desde el turismo, con una propuesta de intervención integral que contemple acciones encaminadas a mejorar las condiciones de vida de los artesanos y a darle una imagen diferente a este sitio.

Es de esperar que otros organismos provinciales se unan a este nuevo esfuerzo por visibilizar al país y al mundo uno de los lugares más emblemáticos del tejido del sombrero fino de paja toquilla y que tiene a más de su patrimonio.

Cuenta con lugares especiales como un área verde con árboles nativos en el corazón del pueblo, visitada por los monos aulladores y dos playas muy atractivas, a las cuales se puede llegar por un sendero y un pequeño camino lastrado.