De su parte, Rafael Correa manifiesta a la prensa extranjera que se cumplió con el proceso de extradición. La comentarista señaló que el acusador hasta hace un tiempo era conocido en su casa y que la denuncia busca réditos políticos, mientras algunos se preguntan cómo financiará los anunciados viajes al exterior para dar  su propia versión.

La periodista destaca que se suman acusaciones con una clara intención contra Rafael Correa, pero es precisamente el exmandatario colombiano y Nobel de la Paz,  Juan Manuel Santos,  quien admitió  en una conversación reciente, el  atraso de su país en la construcción de un tramo de dos kilómetros de  carretera que terminaría en el puente existente en la frontera entre Esmeraldas y Tumaco, levantado con fondos binacionales. 

Santos argumentó razones de tipo técnico del lado colombiano, lo que ha servido a  los detractores de Correa llamándolo “el puente que lleva a la nada”, con el fin de aumentar otro cargo contra  el expresidente y hasta decir que es útil para el narcotráfico.

En el proceso de integración de los pueblos, nuestro país está unido con Perú a través de cinco ejes viales, mientras con Colombia, que tiene mayor población, está conectado por la Amazonía y por la Sierra, faltando hacerlo por la Costa. 

La intención surgió entre el Dr. Gustavo Noboa, presidente  en el año 2000 y su homólogo Andrés Pastrana.

Por eso la periodista colombiana critica lo que aparece como un guión  escrito para incriminar a Correa por un caso o por otro. 

En el supuesto secuestro, que ya prescribió, responsabilizan a Correa para involucrarlo en lo que sería un crimen de Estado, que no prescribe. 

Es claro que no solo está impedido de participar en futuras elecciones debido al Sí de la consulta pasada, sino que se analizó que no debe vivir  fuera del país y en libertad, pues todo es posible en el balancín electoral, que una vez puede inclinarse a tendencias progresistas y a la siguiente a las de derecha, abierta o esbozadamente presentadas al pueblo.

Por eso el guión que se ve, pero no se muestra, concluye que es mejor preso, aquí en la cárcel ecuatoriana. Guión criminal, pues sobre eso le quitan todo tipo de protección para que venga cada quince días y soltarlo a todos los enemigos. ¡Insólito! ¡Absurdo! ¿Quién puede impedirle el derecho al trabajo? ¿Quién cubrirá los viajes intercontinentales? En verdad,  este caso debe ser tomado por la justicia internacional. 

El gobernante actual ha dicho que no le interesa interferir en la justicia, sin  embargo, muy graciosamente, pues los cepillos de turno se rieron,   en Perú dijo  hace meses que no perdía las esperanzas de que Ecuador tenga un expresidente preso, en clara alusión a lo que sucedió con Alberto  Fujimori.