Quienes circulan por las calles 10 de Agosto y César Ovidio aseguran que caminar por el lugar es un peligro, pues no saben en qué momento las heces de estas aves les caigan encima.

A esto se suman los malos olores y la suciedad que dejan en veredas y vías.

Xavier Zambrano, quien se dedica a la venta de comida rápida en este sector, indicó que las aves empiezan “a hacer de las suyas” desde las 18h30, cuando todas se acomodan para dormir.

Sus clientes comentaron que las autoridades deben tomar alguna medida para que las golondrinas ya no lleguen a esta zona.

José Cedeño, estudiante de la Escuela Superior Politécnica de Manabí (Espam), comentó que la presencia de las heces de golondrinas le dan una mala imagen de la ciudad.  

Algunos moradores indicaron que antes del terremoto estas aves dormían en la Plaza Cívica de Tosagua. 

Ido Álvarez, habitante del cantón, teme que las heces de estos animales les causen alguna enfermedad a quienes viven por el lugar.

Solución. José Mera, funcionario de Ambiente del municipio, comentó que las aves llegan al lugar porque el cableado eléctrico presta las condiciones para que duerman allí.

El funcionario indicó que como autoridades aún no han actuado porque la empresa encargada del cableado subterráneo trabajará en la zona afectada,  por ende las aves se verán obligadas a abandonar el lugar.