Ellos viven en el kilómetro 21 de la vía Santo Domingo-El Carmen.

“Desde que tiene once años empezó a drogarse. Me preocupa que le vayan a hacer algo cuando se me escapa de la casa para consumir. Llega en las madrugadas, se queda durmiendo en el parque, no puedo estar tranquila”, dice llorando la mujer. 

Agrega que para obtener el alcaloide, su retoño pide en la calle dinero a sus “amigos” y a otras personas. 

La mañana del jueves, agentes de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) llegaron a investigar lo que estaba ocurriendo. 

El menor de edad dijo que desea recuperarse y vencer su adicción para no causarle más preocupaciones a su progenitora y demás familiares.

La madre pide a las autoridades ayuda para que su hijo pueda ingresar a un centro de rehabilitación y así tratar de superar esta adicción y salvarlo de ese mundo.

Agregó que ellos son de escasos recursos para poderlo ingresar a una clínica  particular. 

Manuel Sánchez, agente de la Dinapen, indicó que están gestionando una orden de ingreso por parte de un juez de la Niñez y Adolescencia para que el psicólogo del centro ambulatorio para consumo de drogas del centro de salud Augusto Egas consiga un cupo en un centro de recuperación para el menor. 

El gendarme indicó que hace dos meses ya se emitió un informe de recomendación para que el adolescente sea ingresado.

Hace dos semanas El Diario publicó la historia de un hombre de 35 años que vive en El Carmen, en Manabí, quien fue amarrado por su familia para que no siguiera consumiendo drogas.