Actualizado hace: 939 días 12 minutos
España
Isla seductora

Lanzarote es una isla volcánica llena de magia y secretos por descubrir. Se ubica en las Islas Canarias de España.

Viernes 15 Junio 2018 | 04:00

 Es un territorio en el que se puede disfrutar de acantilados de lava petrificada, danzas isas (baile típico del lugar) y tortitas de gofio (maíz). Allí, una gota de agua es un tesoro. 

Entre las grandes piedras de origen volcánico que abundan en este sitio y los extensos campos de tunas se esconde el secreto de César Manrique, un artista que luchó por preservar la identidad cultural canaria e integrar el paisaje, sin mancillarlo, en el desarrollo urbanístico. 
La obra de Manrique (1919-1992) está repartida por toda la isla, pero una manera de empezar a descubrirla es salir desde Arrecife, la capital, hacia el norte y, a 13 kilómetros, parar en el pueblo de Guatiza. Allí se puede visitar la primera de sus obras: el Jardín de Cactus, con más de 10.000 cactáceas traídas de todo el mundo.
 
De fuego. Siguiendo la carretera en la misma dirección se entra sin transición en el paisaje lunar del Malpaís de la Corona, un área de 18 Km2 creada por la erupción del volcán que lleva el mismo nombre. La identidad de Lanzarote está ligada a conos, chimeneas y cráteres que los lugareños, en una muestra de sabiduría popular, llaman ‘malpaís’, una tierra accidentada y baldía, pero que por ironías del destino se ha convertido en un gran atractivo para el turismo. 
En este paisaje, Manrique llevó a cabo otras dos obras geniales: los Jameos del Agua, un tubo de lava en cuyo interior hay un lago natural e incluso un auditorio; y la Cueva de los Verdes, otro enorme túnel volcánico de 6 kilómetros de longitud, del que se ha acondicionado una parte para la visita y donde se puede contemplar un singular efecto visual sobre el agua. 
El paseo hacia el norte de la isla culmina en uno de sus lugares más emblemáticos: el Mirador del Río, también de Manrique, un rincón abalconado que mira al islote de La Graciosa. 
 
Otros sitios. Descendiendo 25 kilómetros por la otra vertiente de la isla, hasta el pueblo de Teguise, se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Aquí nace el desvío que lleva a otro enclave mágico, uno de esos rincones que poseen la virtud de sacarte del mundo real y transportarte a otro de paz y silencio.  La Caleta de Famara, en realidad una playa enorme, queda cercada al norte por los acantilados de Famara, una muralla negra donde se enredan los alisios del océano Atlántico.
Otros de los sitios de la ruta  turística de Lanzarote que seducen son: el Parque Nacional de Timanfaya, considerado uno de los mejores ejemplos de vulcanismo de España; los viñedos de La Geria, plantados en tierra volcánica; y Playa Blanca, todos unos rincones evocadores donde se reencuentra el Lanzarote intimista y salvaje que tanto gustaba a César Manrique.
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