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PERFIL.
“Soy el arroz con pollo de los reinados”

Por su personalidad extrovertida cuando era niña la llamaban ‘Saltamontes’, ahora es la ‘Nena’ de la casa y la reina del país.

Domingo 27 Mayo 2018 | 04:00

Virginia Limongi nos abrió las puertas de su hogar y se mostró como la mujer sin poses que es. 

Entre risas y en compañía de su familia nos contó que la relación con los suyos es muy buena, especialmente con sus hermanos. “De pequeños peleábamos mucho, como todos los hermanos, pero creo que es por nuestras distintas personalidades. Ahora solo nos chantajeamos”, comenta.
 
>anécdotas. Las travesuras de infancia la marcaron, pero no solo en la mente. También en la piel.
Virginia dice que tiene varias cicatrices en el cuerpo y estas se deben a lo traviesa que era de niña.
“En el cuarto de mis papás había una hamaca y mi papá había dejado un vaso en la parte de la ventana. Yo estaba jugando a Superman y me estaba meciendo y no sé cómo tumbé el vaso y me caí encima. El vidrio se me incrustó en el glúteo y me quedó una cicatriz horrible”, cuenta. 
Otra cicatriz también se la hizo con un vaso. “Estaba peleando con mi hermano por un vaso de cola y cuando lo soltamos me cayó en el pie y me corté el dedo pequeño”, recuerda. 
 
>mentiras. Virginia menciona que sus padres siempre han sido muy controladores y que cada vez que quería salir le hacían un “interrogatorio”.
Por esta razón en algunas ocasiones tuvo que inventar una que otra mentira. 
“Una vez quería participar para Señorita Deportes del colegio y mi mamá no me dejó porque estaba castigada. Entonces cogí las cosas, las metí en la maleta y al llegar al cole me cambié y arreglé. No gané porque no tenía una cinta, pero mi mamá se enteró porque una señora la felicitó por mi participación”, menciona.
Al conocer la noticia su mamá fue al colegio a buscarla y le dijo: “espera que lleguemos a la casa”. “Sabía la que me esperaba, porque mi mamá es de las que te lanza lo primero que encuentra”, indica. 
Otra locura que cometió fue haberse “robado” el carro de su papá.
“Un día mi papi llegó borracho y como él se duerme profundamente cuando está así, aproveché y me llevé el carro a Crucita. Recuerdo que era un carnaval y yo iba volando en la vía. Porque lo confieso, soy loquísima para manejar”, señala.
Sin embargo, esta vez otro amigo de la familia también arruinó sus planes.
“Un amigo de mi papá lo llamó y le preguntó por qué estaba manejando tan rápido. Mi papá se sorprendió y cuando se dio cuenta de que me le llevé el carro, empezó a llamarme y me dijo de todo. No pude disfrutar el día, porque tuve que regresarme”, reseña entre risas. 
 
>EN EL EXTERIOR. La primera vez que Virginia vivió fuera del país fue en Alemania y al inicio fue difícil acostumbrarse.
“Mis papás me enviaron de intercambio y a la semana yo me quería regresar. Mi papá estaba dispuesto a comprarme el pasaje, pero mi mamá no lo dejaba. Sin embargo aprendí mucho de esa experiencia. Allá, por ejemplo, las personas son muy puntuales y respetuosas. Además, existe mucha sinceridad al momento de hablar en familia”, comenta.
Pero su espíritu rebelde la ha llevado a conocer otros países, según cuenta. 
“Mi familia me conoce, sabe que yo soy rebelde. Cuando quiero algo lo consigo como sea. Creo que eso ha sido algo que me ha llevado a salir del país como modelo o de paseo, a aventurarme y siempre he dicho que yo me mando sola”, dice. 
El modelaje le ha dado otras de sus experiencias en el extranjero, aunque hay detalles que la han sorprendido. “En México aprendí lo difícil del mundo del modelaje. No es tan fácil como lo vemos en la televisión. Es realmente duro, pero también gratificante”, afirma.
En la India, en cambio, fue la pobreza extrema lo que la impactó. “Ir al mercado y ver a las ratas caminar sobre los vegetales fue terrible. Pero es un país lleno de una cultura muy hermosa”, asegura.
En cuanto a comida dice que todo lo que ha probado en otros países le ha gustado, sin embargo “en la India me dieron una especie de hoja rellena de diferentes sabores y ese contraste no me gustó”, menciona. 
 
>EN LA COCINA. Aunque estudia Nutrición, y le queda un año y medio para titularse, y pese a ser amante de la comida manabita, cocinar no es uno de sus fuertes.
“Me queda espectacular el hielo, los jugos y las ensaladas”, dice entre risas. 
Mientras que en casa prefiere andar sin zapatos y tiene dos camisetas que nunca bota. “Ya están viejitas. Les he dado palo y no dejo que mi mamá las bote”, afirma.
 
>RUTINA. Quienes la siguen en redes sociales pueden apreciar que la Miss Ecuador es amante del deporte.
“Lo que más hago es correr porque incluso me ayuda a desestresarme. También salto la cuerda. Hago ejercicio todos los días porque como me gusta comer bastante, también sé que debo mantener un equilibrio”, menciona, aunque aclara que no la obsesiona cumplir con los estándares de belleza que establece la sociedad.
“Hasta en eso soy rebelde. Además, ya aprendí a conocer mi cuerpo y sé que hay cosas que no van a cambiar. Por ejemplo, soy caderona y eso es cuestión de huesos”, señala. 
Pese a esto sí evita la comida chatarra, porque ya le ha hecho daño algunas veces.
 
>HUMOR. Una de las características de su personalidad es el buen humor. Por eso no le da vergüenza llamarse el “arroz con pollo” de los reinados. 
“En las redes vi que alguien me decía arroz con pollo por estar en todos los reinados, así que reconozco que es verdad y prefiero llamarme así para quitarles el poder de molestarme”, manifiesta.
Por esa misma razón es una de sus hermanas la que maneja sus redes sociales y siempre elimina los comentarios que no aportan algo positivo.
Además, afirma que hasta este año hay “arroz con pollo”. “Se les acabó. Esta es mi graduación”, señala.
 
>CELOS. Pero detrás de su radiante sonrisa se esconde una mujer muy posesiva. Ella misma se califica como “loca” de celos.
No solo con su novio. Ni sus padres y hermanos se le escapan. “Me sé las claves de todos y les reviso los teléfonos siempre. También soy muy fregada para aceptar a sus parejas. No acepto a nadie, principalmente a las novias de mi hermano”, comenta.
Pero este encuentro no fue solo con Virginia, su familia también compartió algunas palabras con nosotros. 
Sus hermanas Fiorella y Anita dicen estar felices de acompañarla en cada reinado, sin embargo ninguna quiere incursionar en el mundo de los certámenes.
Mientras que su prima Sisa Romero sí quiere seguir sus pasos.
Su papá, pese a haber sido uno de los mentores de su participación en certámenes de belleza, dice que el trato hacia ella no cambia. “Mis amigos me preguntan qué se siente ser el papá de la Miss Ecuador, pero yo siento exactamente lo mismo de siempre”, afirma Arturo Limongi.
A su mamá, en cambio, no le gusta mucho este mundo, sin embargo siempre la apoyará. “Con esto pasa a ser una figura pública y está expuesta a muchas críticas. Por eso no me gustan los reinados, pero siempre apoyaré a mis hijos”, dice María Fernanda Silva.
Su abuelo Freddy piensa como el papá de Virginia. “Todo sigue igual. Mi mayor alegría es que venga a visitarme”, expresa.
Su abuela Rosa Santos destaca que siempre la vio como una reina. “Desde pequeña tuvo ese porte de reina”, cuenta. 
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