Hoy es la enésima vez que lo golpea la naturaleza y, sobre todo, el grupo humano (GAD locales y provincial y nacional).

¿Cómo es posible que al hombre que nos da de comer y alimenta a Manabí, Ecuador y el mundo, lo hayan maltratado tres décadas de desatención, olvido y miseria?

Es como si estos funcionarios de 3ra. le tengan el fastidio o desidia al potencial del mundo, porque, de no ser así, ese hombre labrador de 6 a 6 tuviera más riqueza que los propios gobernantes y políticos corruptos que reciben todo a “vaca” sin haber sudado la gota gorda.

Debieron hace 30 años construirles buenas vías de penetración a todos y hasta el más recóndito pedacito de tierra cultivada, buenas albarradas para disponer del agua todo el  año y no sufrir estos impactos naturales y humanos. Construir y reconstruir los canales de riego en las diferentes represas que hoy tenemos (río Grande, La Esperanza y Poza Honda); búsqueda de mercado local, nacional y para la exportación con el valor agregado que ello conlleva y que sería de las manos de ellos mismos. 

Claro, tecnificado y con las normas de salud que implica y que exigen los países en convenio; buen asesoramiento por parte de ministerios responsables de mejorar la producción; es decir; brindarle a ellos (al campo) todo lo mejor que tiene el ciudadano común.

De existir autoridades en Manabí deberían ya tener preparado un proyecto o plan de emergencia inmediata, para mitigar la pobreza que se aproxima por todos estos debacles naturales y corrupción que sufren nuestros queridos campesinos.

Que les subsidie y libere de todas las deudas (muchísimo menor que la corrupción y reconstrucción), y al menos así no emigran a la ciudad a seguir creciendo en desventaja de los que se han enriquecido con su voto, dolor, sudor, etc, etc.

Al presente gobierno se le han acumulado las desgracias naturales, pero si manejan los pocos recursos de manera equitativa, consciente y, sobre todo, sin manos cochinas y ladronas, los salvaremos y demostraremos que estamos junto a ellos.