Es un perfil muy alto, porque debe tener mucha experiencia en la administración de hospitales de gran tamaño. Por ejemplo, liderará a casi tres mil empleados, constituyéndose en el mayor empleador de la ciudad. Además, seguramente tendrá un presupuesto anual superior al del Gobierno Municipal de Portoviejo, al del Gobierno Provincial o al de la Universidad Técnica de Manabí. 

No se debe improvisar ni apegarse a la idea de que necesariamente tiene que ser alguien de la localidad. Mucho menos se debe politizar este nombramiento tan sensible para el futuro de la ciudad.

Haciendo acopio de las circunstancias en que se ha desarrollado, hay que razonar que haber puesto a andar el hospital en su primera etapa es un hito cumplido. Ahora el Ministerio de Salud Pública y el Gobierno tienen la responsabilidad de contratar a los profesionales que puedan convertirlo en un modelo de gestión a seguir. 

Portoviejo y Manabí deben mirar con atención todo lo que suceda a su alrededor. El futuro del hospital y del conglomerado sanitario va a depender de que los primeros años de su administración sean virtuosos, que sienten las bases para que Portoviejo siga avanzando tras su objetivo de ser un polo de desarrollo de la salud.