Hoy, sus días los pasa en una silla de ruedas, saluda con su mano izquierda, aunque deja la sensación de que no sabe por qué lo hace, pues sus movimientos son involuntarios.

Mira a todos lados y se ríe, como dándole una esperanza a su familia de que algún día se recuperará y volverá a ser el mismo.

Dolores Vega, madre de Fernando, manifestó que su corazón de madre permitió que su hijo esté vivo, porque cuando los médicos no le daban esperanza, ella sí la tuvo.

Pasajero. La noche del accidente, Fernando, como pasajero, acompañaba a una amiga y se dirigían a la parroquia urbana 4 de Diciembre de El Carmen cuando ocurrió el percance.

Dolores comenta que cuando su hijo iba por la avenida Chone, al frente del estadio cantonal, una persona ebria se les atravesó y lo atropellaron.

Tanto la conductora de la moto, el peatón y su hijo se enredaron y cayeron a la calzada, pero Fernando llevó la peor parte, pues la moto se paró de adelante y él cayó de cabeza, golpeándose muy fuerte, y además portaba un casco muy pequeño que no lo protegió, dijo Dolores.

Milagro.   Al borde de las lágrimas, recordó que su hijo quedó tan grave que en el lugar del accidente lo daban por muerto, sin embargo, lo trasladaron al hospital cantonal.

Tan grave era el caso de Fernando que los médicos le daban pocas esperanzas de vida. “A mi hijito me lo daban por muerto, pero algo me decía que se salvaría y decidí llevármelo bajo mi responsabilidad a otro hospital”, dijo.

Casi a las 04h00 del siguiente día Fernando fue transferido al hospital Gustavo Domínguez, en Santo Domingo, y horas después fue derivado al hospital inglés de Quito.

En coma.   Fernando estuvo en estado de coma un mes y dos semanas, tiempo en el que su madre jamás perdió la esperanza de que se salvaría.

Sin dar mayores ilusiones de vida, el 8 de agosto los médicos operaron a Fernando del cerebro, ya que estaba hinchado producto del golpe, informando a los familiares que las probabilidades de salvarse eran pocas. 

Después de varias horas los médicos terminaron su labor con éxito, aunque la recuperación de Fernando fue minuciosamente revisada por los médicos y enfermeras.

Daños.   Los doctores dijeron a los familiares de Fernando que una arteria del cerebro estuvo por arrancarse y complicó su estado de salud, y aunque no murió, ciertos movimientos que haga serán involuntarios, explicó Dolores.

Ocho meses después de estar en la cama del hospital, Fernando dio muestras de vida. 

Su madre recuerda que empezó a mover los dedos de la mano, dando señales de que su recuperación avanzaba. 

Una vez que abandonó el hospital, Fernando fue llevado por Dolores a su casa, en El Carmen, en donde pasa sus días en una silla de ruedas.

La mujer manifestó que después de un año su hijo volvió a sonreír, algo que a ella le da esperanzas de que algún día vuelva a caminar. 

Los médicos le han dado esperanzas que eso se dé. Fernando empezaría a balbucear y luego a pronunciar palabras tal cual un bebé. 

Dolores espera que su hijo reciba el bono del gobierno, Joaquín Gallegos Lara, ya que es de bajos recursos económicos y a veces no tiene dinero para comprar alimentos y pañales.