La idea de la celebración del Día del Libro nace en Cataluña, con el escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, quien en 1923 lleva su propuesta a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona que fue aprobada por el Rey Alfonso XIII de España en 1926.  

En este mismo año, el 7 de octubre, se conmemoró el primer Día del Libro; poco después, el 23 de abril de 1930 se instaura definitivamente esta fecha como Día del Libro, celebración que, además, se convierte en una jornada festiva para los catalanes que recuerdan a su patrón Sant Jordi, que con el tiempo se hizo tradicional y consistía en el intercambio de una rosa y un libro entre los enamorados y personas queridas. 

Esta celebración fue uno de los argumentos utilizados por la Unesco en la conferencia general realizada en París entre el 25 de octubre y 16 de noviembre de 1995 para declarar el 23 de abril Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.

Los libros de ayer, de hoy y de siempre serán parte de nuestro convivir diario y la herramienta principal de la lectura para aprender a disfrutar de su contenido.

No olvidemos, que desde el comienzo de la humanidad, ha estado presente la Biblia,  un tesoro que  invita a meditar en el  discurso académico del famoso escritor español Juan Donoso Cortés, del que me permito transcribir un párrafo: “Libro prodigioso aquel, en el que el género humano comenzó a leer; los días  y todas las horas y que aún no ha acabado toda su lectura. 

Libro prodigioso aquel, que lo ve todo y lo sabe todo, que sabe los pensamientos que se levantan en el corazón del hombre y los que están presentes en la mente de Dios”.

Los libros nos enriquecen tanto y jamás deben permanecer cerrados, ábrelos, léelos, analízalos y si es posible ilústralos e inspírate a escribir.

La lectura de libros se constituye en fuentes de inspiración que resplandecen luz y sabiduría, que permite profundizar nuestros conocimientos y a la vez obtener cambios prácticos en la ortografía y  la escritura.

Ratifiquemos con emoción la celebración del Día del Libro, cuya fecha, 23 de abril, nos lleva a rememorar a insignes escritores, tal como Miguel de Cervantes Saavedra, autor del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, extraordinaria figura de la literatura, quien con sus obras dejó un legado al engrandecimiento de la lengua española, nuestra lengua materna.

Este gran literato falleció el 22 de abril de 1616 y fue sepultado el 23 de abril, motivo de  recordación  en  esta fecha tan simbólica para la patria.