Y es que Crucita ofrece variedad de actividades a sus visitantes, así como bares y restaurantes que llenan de alegría el malecón del balneario.

Erick Vera es uno de los turistas que disfrutan del surf en ‘La Bella’. Él observaba con detalle cada ola que se producía, sabía con certeza que dentro de cada “tumbo” faltaban sus giros acrobáticos y movimientos sobre el mar. “Buscamos la ola perfecta y Crucita siempre las tiene”, dijo el joven. 

Otro de los atractivos que ofrece este balneario está en la desembocadura del río Portoviejo, conocida como ‘La Boca de Crucita’, pues en el lugar existen decenas de cabañas donde se puede degustar de pescado apanado, arroz marinero, ceviche y especialidad de mariscos. 

En este sitio también se puede realizar recorridos por senderos construidos entre el mangle, vinculando al turista con la flora y fauna del sector.

Buen servicio.  “El turista siempre busca lo mejor y nosotros damos lo mejor de nosotros”, manifestó Ángel Chica, quien se dedica al alquiler de sillas, parasoles y carpas. 

Don Angel, como lo conocen, indicó que forma parte de las 32 personas que integran la asociación de carperos.

Además de tener como aliado al océano, siempre limpia la playa, al igual que el resto de sus compañeros. “Damos buena impresión al turista, es un trabajo en conjunto”, comentó Chica.

“De Crucita tengo las mejores postales”, explicó Gonzalo García, mientras disfrutaba con su familia del atardecer. El turista expresó que lo que más le atrae de Crucita es el buen trato de la gente y variedad de platillos típicos. “Siempre me gusta venir, me encantaría vivir acá”, agregó el visitante, entre risas.