Ese día, señaló, mantuvo una discusión con su cónyuge y los vecinos llamaron a la Policía para evitar que el pleito llegara a instancias mayores.

Ella cree que fue asesinado.

“La idea era que lo detuvieran para evitar que pasara algo malo. No era para que lo mataran”, sostuvo. 

PLEITO. A las 15h30 el occiso habría agredido a los policías que lo custodiaban dentro de la UPC, quienes le lanzaron gas pimienta para neutralizarlo.

Por algún motivo el detenido tuvo un quebranto en su salud que obligó a que fuera llevado al hospital Verdi Cevallos, donde comprobaron que había sufrido un paro cardíaco, el cual habría incidido para su muerte.

Pese a que se denunció el suceso, no hubo detenidos. Según Martha Rezabala, hubo un juicio corto que permitió el análisis de cada uno de los gendarmes involucrados, pero no fue a fondo.

“El que no se haya hecho justicia es algo que me duele en el alma. Mi hijo cada vez que se acuerda sufre porque no tiene a su padre para abrazarlo ni brindarle su cariño”, indicó Rezabala.

RESIGNADA. La mujer dijo que en los actuales momentos no pretende nada del caso, ya que fue cerrado en la Fiscalía.

El grupo de agentes policiales fue absuelto porque no se les encontró indicio alguno de un mal proceder o de abuso de la fuerza.

“Del ser humano ya no espero nada. Tarde o temprano tendrán que rendirle cuenta a Dios por lo que hicieron”, mencionó.  

Citó que luego de la detención, la última vez que vio a su cónyuge se encontraba esposado y en calma.

DEFENSA. La Policía informó que el detenido se abalanzó de cabeza en contra de una de las ventanas de la sala, hiriéndose y provocando laceraciones al policía que lo custodiaba. Luego se abalanzó una vez más contra la puerta de metal para caer al piso, donde se le brindaron los primeros auxilios y fue trasladado al hospital.