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Quevedo
Triste despedida

Los ojos de Edgar León se llenan de lágrimas al recordar los planes que se esfumaron con la tragedia que enlutó a su familia.

Viernes 16 Febrero 2018 | 11:00

 “No sé qué voy a hacer, estoy destrozado. Tendré que sacar fuerzas de donde no las tengo y seguir adelante, por ellas”, dice el hombre mientras observa los ataúdes donde reposan los restos de su esposa, Yolanda Trujillo y su “Princesa”, como le decía de cariño a su hija Mileny, de 24 años.

Madre e hija murieron junto a otros tres parientes y el conductor de la camioneta alquilada en la que se movilizaban, tras ser impactados por el contenedor de un tráiler que transportaba mil cajas de banano.
El siniestro ocurrió la noche del martes en la vía Quevedo-Ventanas, cerca del sector Los Laureles.
León recordó que su esposa y su hija disfrutaron  como nunca  el último martes de carnaval, ya que asistieron a una reunión familiar en el cantón Las Naves, la cual habían programado desde el pasado fin de año. Fue en el viaje de regreso que la muerte se les cruzó.
Sueños.  A su casa, ubicada en la calle Sexta y la D, en la parroquia 7 de Octubre, acudieron decenas de personas a darle el último adiós a Yolanda y Mileny, ambas atendían la “Despensa León”, una tienda de abarrotes muy concurrida del sector.
Edgar relató entre lágrimas que con su esposa habían planificado cerrar la tienda luego de tres años  para dedicarse a viajar por el país y visitar a sus familiares.
Mientras que el proyecto de su hija era montar un negocio junto a su novio, Estiven Carrión. 
“Mileny y Yolanda eran unas mujeres emprendedoras y valientes, todo lo que he hecho ha sido por ellas. Mi ‘Princesa’ quería hacer una maestría y también anhelaba casarse dentro de poco, yo la iba a apoyar en todo”, expresó el hombre.
Además añadió que Mileny hace poco se había graduado de ingeniera y justamente el 14 de febrero cumplía seis meses de haber ingresado a  trabajar como cajera en una de las agencias del Banco Pichincha, en Quevedo. 
Justicia. En el portal de la casa donde habitaba la familia Trujillo, ubicada en el barrio El Paraíso,  del cantón Las Naves (Bolívar), había un ambiente de tristeza. 
Allí estaban los tres ataúdes con los cuerpos  de  Estuardo y de sus nietos, Bryan y Dallely, fueron velados en medio de la consternación de parientes y allegados. 
“Nadie sale a matar a nadie y lo único que se les pide es que sean conscientes por lo que nos ha sucedido, queremos que esto se investigue y que se haga justicia por el accidente ocurrido”, dijo Mirian Escobar, familiar de los difuntos.
En el sector Miraflores, otro barrio del cantón bolivarense, lloraban a Rodrigo Barragán, quien conducía la camioneta que alquiló la familia Trujillo.
Ángel Barragán recordó que su hijo laboraba como chofer profesional desde hacía 20 años  y que lo ocurrido la noche del martes se trataría de una imprudencia de parte del conductor del tráiler al no haber asegurado el contenedor, por tal motivo exigen justicia.
“Él era mi hijo mayor, siempre estaba pendiente de sus padres, preguntando cómo estamos, venía en las mañanas y en las tardes. Hasta ahora no asimilo la muerte de mi hijo”, dijo el progenitor. 
Todas las víctimas fueron sepultadas ayer en los cementerios de Quevedo, Quinsaloma y Las Naves.
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