La falta de cuidados durante el invierno puede llegar a generar comezón y en caso extremo hasta la muerte del tejido (necrosis) de zonas del cuerpo vulnerables como los pabellones auriculares, la nariz o la punta de los dedos. 

Los grupos de población más susceptibles son los niños, adultos mayores y quienes padecen alguna enfermedad dermatológica como psoriasis, dermatitis atópica e ictiosis.

Las mujeres en la etapa de la menopausia también corren un mayor riesgo de ver dañada su epidermis durante este periodo

 

Prevención . La secretaría de salud recomienda  humectar a diario todo el cuerpo, intensificando los cuidados en las partes más expuestas al ambiente como las manos y la cara, un baño diario y rápido con agua tibia, puesto que el agua caliente por un tiempo continuado elimina la capa de grasa natural de la piel y hace que se reseque más.

“Una vez terminado el baño, secar el exceso de agua y con la piel aún húmeda aplicarse crema humectante”, aconseja.

De igual manera, las manos al ser constantemente lavadas con agua y jabón, pierden su hidratación natural, por lo que se recomienda aplicar crema después del lavado. El sol del invierno daña la piel, por lo que recomienda utilizar protector solar. El oscurecimiento, enrojecimiento o entumecimiento de la zona cutánea deben ser señales suficientes para acudir a un centro de salud con el fin de tener un diagnóstico oportuno.