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Paján
La energía de “Toñito” la siente su abuela

Yenny Gómez aún recuerda como si fuera ayer el momento en que su nieto Miguel Antonio Nieves se le perdió.

Sábado 06 Enero 2018 | 04:00

 La señora reside junto a su esposo en el sector La Trinidad de Paján. 

Ella afirma ser quien criaba a “Toñito”, como le decían de cariño. Lo hacía porque el padre y la madre trabajaban fuera del cantón, recordó.
La tarde del 18 de marzo del 2016, aproximadamente a las 17h00, ella estaba con su pequeño nieto en el patio trasero de su casa y se detuvo a coger una guayabas, de repente, en segundos, el niño desapareció.
Algo preocupada ella pensó que había regresado a la casa. Fue inmediatamente para allá y lo llamó varias veces, pero no respondió.
Rápidamente preguntó a un familiar, pero nadie lo había visto. 
Por eso decidió regresar al patio trasero y fue hasta la parte donde pasaba el río y se acercó a un barranco gritando su nombre.
Fue entonces que vio una de sus pequeñas zapatillas flotando y pensó lo peor.
 
Misterio. Sobre este caso, según su abuela, hay algo de misterio, porque el niño no tenía ni dos años de edad y caminaba poco. 
Ella no entiende cómo pudo su nieto recorrer más de 300 metros que hay desde el lugar donde lo perdió de vista hasta el río.
Una vez que dio aviso a la Policía llegaron bomberos y especialistas en buceo del GIR (Grupo de Intervención y Rescate), quienes buscaron en el río que en ese momento no tenía mucha profundidad y fueron rastreando el cuerpo hasta la antigua represa del sectot, donde había una parte más honda.
Los rescatistas trataron de localizarlo entre palizadas y las profundidades de este reservorio de agua, sin resultados positivos durante varias horas.
 
Hallazgo. Al otro día se continuó la búsqueda. Para mala suerte la noche anterior llovió y el río creció bastante.
Tanto familiares como amigos, bomberos, policías, buzos siguieron rastreando a “Toñito”, hasta que pasadas las 13h00 uno de sus familiares lo encontró varios kilómetros río abajo en el sector rural La Puente, de Paján.
Una vez encontrado el cuerpo del infante el fiscal realizó el levantamiento del cadáver que fue trasladado al centro forense de Manta.
Padres, abuelos y otros familiares se negaban a creer la tragedia.
 
Recuerdos. Hoy Yenny Gómez quiere olvidar esos doloroso episodio, pero no puede. 
Sumida en el llanto, paso a paso explica a El Diario los angustiosos momentos vividos. 
En el lugar donde presumiblemente cayó el niño colocó una vela en su memoria y luego mostró un pequeño altar dentro de su vivienda donde conserva una foto de su nieto, al que  quería como un hijo.
“Toñito” era la alegría de la familia, era muy activo y cariñoso”, dice su abuela, quien recuerda que él dormía con ella y destaca que era su consentido.
Doña Yenny recuerda que su humilde hogar no es el mismo de antes.
Ya no está el niño que se la pasaba jugando, y quien con risas y travesuras llenaba de vida la vivienda.
“Toñito”, de acuerdo a su abuela, era uno de esos niños con energía inagotable. En el día dormía poco, ya que la mayor parte del tiempo se la pasaba jugando.
“No había pretexto para que no se sonriera y se divirtiera. Cuando estaba en silencio era seguro que algo le estaba incomodando”, recuerda su abuela.
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