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Quevedo
Nunca perdió la fe

Luego de dejar a su esposa en su trabajo Benito Ávila Zambrano se despidió de la madre de sus cuatro hijos con un beso y emprendió su recorrido en un carro tipo furgón donde hacía entregas de fundas de leche.

Lunes 01 Enero 2018 | 11:00

 Era un lunes del 3 de julio, el reloj marcaba las 07h00 de la mañana cuando Benito circulaba por el sector Los Guayacanes en la vía Buena Fe-Santo Domingo, mientras conducía se acordó que había olvidado hacer la entrega de 50 litros de leche en una despensa en Buena Fe, preocupado decidió regresar, mientras circulaba por el sector San Francisco hacia Buena Fe el conductor de una volqueta que iba en sentido contrario (hacia Santo Domingo) invadió el carril y terminó chocando el furgón que conducía Benito.

Bastaron unos segundo para que Ávila terminara atrapado dentro del carro que conducía. 
Su acompañante milagrosamente salió ileso.
Consciente de lo que le había pasado y, a pesar de que sus piernas estaban aprisionadas entre los hierros retorcidos del vehículo, agarró su teléfono celular y comunicó a su esposa de lo sucedido.
“Nunca perdí la razón, ni me desesperé, mantuve la calma, sabía que todo iba a estar bien. Llamé a mi esposa y le dije que me ayude”, recordó Ávila asegurando que pasó una hora y media atrapado hasta que los bomberos lograron sacarlo del furgón.
Una vez en el hospital Sagrado Corazón de Jesús, los médicos lo estabilizaron; sin embargo, debido a las fracturas que tenía en sus piernas lo derivaron al hospital Luis Vernaza de Guayaquil donde permaneció cinco meses un día. 
“Perdí la cuenta de las veces que me ingresaron al quirófano, de las cirugías que me realizaron, me hicieron varios injertos y aún me faltan más de dos operaciones para poder recuperarme”, comenta el hombre, quien anhela poder volver a caminar y conducir un vehículo para ayudar con el sustento de su familia.
Tiempo. Durante 15 años Benito ha trabajado como oficial de un bus de la cooperativa de transporte Buena Fe. 
El día del accidente estaba libre y como de costumbre aprovechaba para ayudarle a su cuñado haciendo entrega de leche.
“Cada lunes era mi día libre, y siempre esos días yo los dedicaba a trabajar en el furgón”, señaló recordando que en julio era el último mes que iba a permanecer laborando como oficial de la Buena Fe, “ya había hablado con la dueña del carro indicándole que hasta fin de mes iba a colaborarle como oficial, tenía pensado trabajar como chofer en un taxi de un familiar, pero no pude hacerlo por el accidente”, señaló Benito quien permanece en su casa ubicada en el sector Nogales Izurieta de Buena Fe.
A pesar que su evolución es lenta espera poder recuperarse y continuar con sus planes. 
“Me indican que en unos tres meses podré asentar la pierna izquierda y luego la derecha, poco a poco y con paciencia podré volver a caminar y a conducir un carro”, afirma sin perder la Fe ni la esperanza.
Benito agradece a sus familiares y amigos, quienes están pendiente de su recuperación, entre ellos a su sobrina Dian Ávila, quien lo acompañó durante semanas mientras permanecía en el hospital en Guayaquil.
Ávila se considera un hombre afortunado por la familia y amigos que tiene,  pero principalmente bendecido de tener la oportunidad de seguir con vida y permanecer con sus familiares.
El conductor profesional tiene puesta toda su fe en que en este nuevo año se recuperará.
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