Segundo Barriga, encargado de cuidar el centro de distracción hace 16 años, afirma que la falta de presupuesto ha hecho que el lugar se destruya con el pasar del tiempo.
“Varias veces han venido autoridades para hacer estudios para el arreglo, pero no se ven resultados. Esto afecta directamente al turismo”, señaló Barriga.