Milton C., vecino, argumentó que esta es una actividad “que se ha venido realizando desde hace muchos años”.
“Sabemos que es un problema serio, pero a veces nos vemos obligados a hacer esto por la escasez de agua en nuestros hogares”, afirmó.
Los ríos Malicia y Baba se llenan de personas que llegan a disfrutar de un refrescante baño, pero que también aprovechan el día para lavar sus prendas.
No hay controles. Junto a los afluentes hay letreros donde se prohíbe el lavado de ropa y se advierten sanciones.
Pero, según los lugareños y visitantes de Julio Moreno, no hay control de parte de las autoridades.
“Los fines de semana se observan varias familias con tinas llenas de ropa, cubrecamas, sábanas, toallas”, afirma Lusmila Huera, presidenta de la comuna.
Esto atrae serios problemas de contaminación en los ríos, se indicó.
“Hay turistas que llegan a bañarse, pero les resulta incómodo ver gran cantidad de ropa o detergente en las aguas”, afirma.
Los moradores solicitan la intervención de las autoridades y que se intensifiquen los controles “para ponerle freno a esta situación”.
Aseguraron que quienes más llegan a los ríos a lavar ropa son personas que viven en Santo Domingo.
En marzo pasado, cuando se celebró el Día Mundial del Agua, la ONG ecologista Greenpeace, de Canadá, dijo que algunas prendas de ropa contienen substancias tóxicas que, con el lavado, se convierten en importante fuente de contaminación acuática.