El ingeniero de Oregón, Estados Unidos, compró un viejo Boeing 727 en 1999, con el objetivo de convertirlo en su hogar.

A cambio de 200 mil dólares, Campbell se quedó con la chatarra y comenzó a adecuarla: Ahora tiene ducha, cuartos, cocina, sala y hasta iluminación de última generación, 

Él explicó que con esta actividad busca demostrar que los objetos considerados obsoletos pueden ser reutilizados. “Mi objetivo es cambiar el comportamiento de la humanidad con mi pequeña especialidad,” dijo. 

Este modo de vida lejos de la sociedad, en vez de haberle desalentado, le ha animado a doblar la apuesta: ahora quiere comprar otro avión y trasladarlo a Japón.