Ellos aprovecharon el día para hacer un agasajo de integración.
A las 11h00, hubo una misa y luego organizaron juegos tradicionales y el sorteo de canastas de víveres, legumbres y frutas.
Enrique Vega, presidente del mercado, dijo que pese a que todavía hay 50 puestos vacíos y pocos clientes, ellos no pierden las esperanzas de que la situación mejore.
“Nosotros queremos sumar, darle al mercado potencial”, señaló.
Desde hace seis meses un grupo de mercaderes que antes ejercían sus actividades debajo de las carpas en el sector de la calle Ambato llegaron a “revivir” el centro de abastos que estaba abandonado durante años. Dos meses después llegaron a acompañarlos los vendedores de mariscos que durante 30 años trabajaron en la calle Cuenca.
Algunos se han ido por la falta de clientes, aún en el lugar hay unos 50 puestos vacíos, pero los demás están llenos de esperanza.