María Sampedro, oriunda de Picoazá,  fue la primera en llegar a la explanada del aeropuerto Reales Tamarindos, en Portoviejo, para vender los monigotes que elaboró durante seis meses.

La mujer comentó que prefirió llegar primero para ganar clientes y ofrecer los 100 monigotes que hizo con su esposo. 

Sampedro comentó que desde hace tres años viene realizando esta labor y que hasta el momento las ventas han sido buenas. Espera que este año no sea la excepción. Indicó que los precios de estas figuras van desde los $5 hasta los $25.

Para este año, Geovanny Espinales junto a su familia elaboraron 300 monigotes que ya son exhibidos en la Naviferia.

Espinales comentó que el trabajo inicia en marzo, cuando recolectan periódicos y cartones para armarlos. Puntualizó que desde junio comienza el trabajo fuerte, ya que para hacer un buen monigote se necesita dedicación y esfuerzo.

Indicó que este año los monigotes con mayor demanda son los de la Patrulla Canina, “perritos” que son comercializados en $12 cada uno. Otros comerciantes señalaron que la gente los compra “como pan caliente”.

Espinales también dio a conocer que hay figuras que cuestan desde los $5 hasta los $25 y que muchas personas los compran bajo pedido, con  características diferentes.

Mercedes Guadamud es otra vendedora de monigotes que llegó desde Picoazá.

Comentó que hay “Años Viejos” desde los $20 el más pequeño, hasta $200 el que tiene más detalles y está bien elaborado.

Controles. Julio Bermúdez, Intendente de Policía de Manabí, señaló que desde el 1 de diciembre se han realizado operativos de control y campañas preventivas sobre el uso de la pirotecnia para estas fechas.

Comentó que entre la pirotecnia permitida están las de luminosidad y las prohibidas para el comercio son las explosivas como camaretas y tumba casas.

El funcionario destacó que en los 22 cantones de la provincia trabajan en conjunto con comisarios, Policías, Fuerzas Armadas, y otros organismos de seguridad.

Bermúdez aseguró que en Portoviejo el único lugar donde está permitida la venta de pirotecnia es en la explanada del aeropuerto Reales Tamarindos, donde funciona la Naviferia. 

Según el artículo 361 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), quien expenda estos productos sin permiso será sancionado con pena privativa de libertad de tres a cinco años.  

William Mera, jefe del Cuerpo de Bomberos de Portoviejo, indicó que un total de 15.311 estudiantes de las parroquias urbanas y rurales del cantón fueron capacitados en prevención del uso indebido de explosivos pirotécnicos,“que en estas fiestas de fin de año se convierten en un peligro para los niños, niñas y adolescentes”.

Mera comentó que el objetivo es evitar que las fiestas de fin de año se transformen en una tragedia.