Cada 1 de diciembre, Rosa Andrade abre las puertas de su hogar para dar la bienvenida a todos los visitantes de la ciudad y de fuera de ella que quieran disfrutar la variedad de imágenes navideñas iluminadas con miles de focos.

ASÍ COMENZÓ. El inicio de esta tradición tuvo lugar cuando la ‘tía Toty’ decidió adornar con luces de colores algunos cipreses de su patio y las personas que pasaban por la vereda se quedaban  observando admiradas, según recuerda. A partir de entonces, cada año fue agregando más adornos y luces, y de a poco esto se convirtió en una costumbre.

LA GENTE LLEGA. Muchas personas de ciudades de Manabí  acuden a ver esta vivienda iluminada. “Lo importante es que la gente venga y observe, esto es para todos porque mi ciudad linda lo merece”, dice Rosa Andrade, consultada por El Diario. 

Entre las múltiples figuras que pueblan el jardín de la ‘tía Toty’ hay muñecas, un iglú, renos, un nacimiento de tamaño natural, una tarima para que allí se canten villancicos  y otros arreglos.

Ella calcula que unas mil personas asisten a diario, desde las 18h00 hasta casi la medianoche, según explica.

Las luces navideñas continuarán encendidas por varios días en la casa de la ‘tía Toty’, para celebrar el nacimiento del Niño Dios y augurando paz y amor.