Así lo dijo Jorge Mórtola, residente del Consorcio Tarqui que construye la red de impulsión que tiene como uno de sus objetivos evitar que las aguas negras vayan al mar, como ahora sí está ocurriendo.
La obra es parte de la reconstrucción hidrosanitaria en esas parroquias y supera los 21 millones de dólares, se dijo.
El proceso de prueba requiere de mucha precisión técnica para asegurar el transporte de la carga residual desde las estaciones de bombeo de Los Esteros, Las Rocas hasta Miraflores y de esta a las lagunas de oxidación, señaló.
EPAM. César Delgado, jefe técnico de Empresa Públicas Aguas de Manta (EPAM), aseguró que una vez concluida esta prueba, los colectores de aguas lluvias que terminan en las playas de Los Esteros y Tarqui se librarán de los reboses de aguas negras, como es el caso de Playita Mía.
El funcionario dijo que las aguas residuales que llegan a estas playas son producto de los reboses que generan especialmente las industrias. “Es por esta razón que también se construye un colector exclusivo para las descargas de las industrias, lo que permitirá manejar horarios para el bombeo de las descargas”, indicó.
Reclamos. Hermógenes Alcívar, quien cuida carros en Playita Mía, aseguró que los reboses son casi a diario a partir de las 10h00. “Ojalá pronto eliminen esta fea imagen”, dijo.
Richard Delgado, dirigente del sector, manifestó que este foco de infección es intermitente desde hace 14 años. “Aquí todos esperamos la oferta de la EPAM de que va a desaparecer la contaminación. Ojalá para el feriado de carnaval ya no exista”. agregó.
También los comerciantes mayoristas de pescado aseguran que se les dificulta ingresar o salir de este lugar cuando las aguas negras bajan por la playa, precisamante porque el acceso es interrumpido por una zanja que forman los reboses.
“Los pequeños camiones corren el riesgo de volcarse con la carga en el intento de cruzar la zanja”, dijo Sebastián Cedeño.