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Editorial
Un día para todos

El 3 de diciembre de cada año se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, establecido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1992. Y conmemoramos este día tras haber aprobado la ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Jueves 21 Diciembre 2017 | 04:00

Este plan global de acción nos invita a “no dejar a nadie atrás”, y tiene como objeto ayudar a entender las cuestiones relacionadas con la discapacidad, los derechos de estas personas y los beneficios que se derivarían de la integración de ellos en todos y cada uno de los aspectos de la vida política, social, económica y cultural de sus comunidades.
En pocas palabras, hoy nos proponemos sensibilizar, concienciar, llamar la atención, o señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades, para que a través de estas acciones, los Gobiernos y los Estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos así lo exijan a sus representantes.
Las  personas con discapacidad constituyen un 15 % de la población mundial, y frecuentemente este grupo de personas se encuentra con grandes dificultades en la sociedad y son objeto de estigmatización y discriminación.
Debemos trabajar diariamente a favor de una sociedad inclusiva y equitativa, lo que implica que las políticas públicas deben ser proactivas, animadas, es decir, VIVAS para que consigan eliminar los obstáculos que todavía persisten hacia los grupos vulnerables y puedan alcanzar una situación de igualdad plena en todos los ámbitos y sean protegidos sus derechos fundamentales.
La promoción y el cultivo de los valores de respeto a los derechos humanos son la principal herramienta para trabajar a favor de la igualdad real y efectiva, luchar por el  respeto a la vida, por la libertad y la integridad de las personas.
Los poderes públicos ecuatorianos tienen el reto de implementar políticas públicas que consigan que todas las personas asumamos un código moral, que promuevan e incentiven a asumir el compromiso y el voluntariado social, no sólo por su gran valor ético, sino porque son una contribución necesaria para la cohesión social y para la sostenibilidad del Estado.
Pienso que el papel fundamental de la sociedad es el trabajo en el campo de la ética, de los valores, como la solidaridad y la fraternidad entre los seres humanos.
Procuremos hacer del 3 de diciembre un día para todos.
 
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