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Emelec consiguió su estrella catorce en Manta, Delfín es vicecampeón

Emelec ya se siente como en casa en el Jocay, allí celebró su tercer título en Manta.

Lunes 18 Diciembre 2017 | 04:00

El de ayer fue un partido peleado. Delfín tuvo la pelota, pero no fue claro; los visitantes hicieron los goles y se llevaron la copa. Emelec consiguió su estrella 14 y la hinchada azul se tomó el Jocay para festejar. 

Las puertas del estadio se abrieron a las 08h30. Los seguidores de Delfín en la General Norte eran una sola voz. Se unieron las barras ‘Banda Cetácea’ y ‘Perro Muerto’. Quisieron hacer sentir la localía.
Enfrente estuvo la ‘Boca del Pozo’, en la sur. También mostró lo que tenía. El duelo entre cetáceos y eléctricos comenzó desde las barras con sus cánticos. 
Delfín llegó al partido golpeado. Primero por la derrota 4-2 en la primera final en Guayaquil, y después por la ausencia de dos jugadores claves.
Los del técnico Guillermo Sanguinetti no tuvieron al capitán Francisco Silva supuestamente por una lesión, según manifestó el propio jugador unos minutos antes del encuentro. El estratega señaló luego que fue por indisciplina. 
Y para completar los problemas, el delantero Carlos Garcés, con 19 goles en el torneo, tampoco estuvo como titular. Vio el partido desde la banca. El goleador estaba lesionado.
En cambio, Emelec sí estuvo entero. 
Dos seguidores de Delfín minutos antes del partido se arrodillaron en la tribuna. Oraban para que los cetáceos sean campeones. Pero este era el día de los eléctricos.
PARTIDOS. Delfín salió decidido y encarador. El juego: el de siempre. A base de coraje y con hambre de gloria quiso imponer su estilo. 
Los visitantes estuvieron dominados, porque la presión que ejercía Delfín no permitía una salida clara a los de Arias. Se resguardaban con su clásico 4-4-2, y cuando había oportunidad salían en contragolpe.
Roberto ‘La Tuka’ Ordóñez tuvo un duelo aparte con el defensor Jorge Guagua. El jugador emelecista fue su sombra.
Marcos Cangá, por el costado derecho, insistía con sus centros hacia el área rival, aunque imprecisos y sin destinatario en varias ocasiones. 
Con pierna fuerte en algunos momentos se jugó el partido. Delfín necesitaba los goles, Emelec no se atrevía a mucho.
Joao Paredes, que jugó en reemplazo de Garcés, tuvo un par de  oportunidades. Sus compañeros mentalmente jugaron rápidos, pero él estuvo a una velocidad menor y aquello le generó dudas para decidir y ser determinante.
Dos tarjetas amarillas, para Luna y Matías Duffard, condicionaron el trabajo defensivo de los locales.
Emelec en el primer tiempo no tenía la pelota, pero controlaba el partido. 
La otra cara, los de Sanguinetti la tuvieron pero no supieron qué hacer con la redonda. Faltaron ideas y su juego ofensivo se fue disipando.
Cuando terminaba el primer tiempo hubo un tiro libre para los del bombillo.  Jacob Murillo perdió una pelota y en su intento de recuperarla hizo una falta. Frente al esférico se paró Fernando Luna, envió el balón al segundo palo, llegó Ayrton Preciado, que se escapó del defensa ‘Samurái’ Luna, y de cabeza puso la primera.
Preciado corrió a celebrar con la banca de su equipo y el ‘Samurái’ se llevó las manos a la cara, después su camiseta, y se puso a llorar por el error. Así terminó el primer tiempo.
SEGUNDO TIEMPO. Para la segunda parte salió Murillo, de bajo nivel, y entró Andrés Chicaiza. 
Los locales no bajaron los brazos, aún sabiendo que estaban 5-2 perdiendo en el global. Tuvieron algunas chances de marcar, entre ellos estuvieron Ordóñez, Patta y Paredes, pero no fueron finos.
Jordan Sierra llegó al área rival por el costado izquierdo, enganchó hacia la derecha, remató suave y su disparo fue fácil de atrapar para Esteban Dreer, quien se quejaba de un problema físico.
Los emelecistas atacaron cuando nadie se lo esperaba. En una jugada casi anota la segunda, pero el arquero Pedro Ortiz lo impidió y envió el balón al tiro de esquina.
Salió Paredes e ingresó Bryan Oña. Sanguinetti cambió de estrategia. Ya no jugó con dos delanteros en punta, y dejó solo a “La Tuka”, Chicaiza estuvo metros atrás, lo hizo de media punta para generar fútbol.
Arias también movió sus piezas. Hizo entrar a Holger Matamoros y sacó a Fernando Luna. Poco después llegó el segundo gol. Hubo una desconcentración en la zaga delfinista y el ‘Cuco’ Angulo quedó solo para definir ante la salida de Ortiz. Era el minuto 62.
El global estaba 6-2, y Emelec ya tenía el  título en su bolsillo. 
Algunos hinchas cetáceos  comenzaron a abandonar el estadio, mientras la barra visitante les decía “Chao, chao”.
Ingresó Bruno Vides por Burbano. En el otro banquillo también hubo movimiento, salió Patta y entró Cristian Malán. 
Delfín ya estaba resignado. Emelec en su banca ya celebraba su título.
Arias después puso más marca en la mitad de cancha, al entrar Pedro Quiñónez y sacar al delantero con 14 goles en el torneo, ‘Cuco’ Angulo.
Los jugadores ‘cetáceos’ intentaron, pero no pudieron, y hasta se llevaron el “ole” por parte de los visitantes. 
Emelec ganó 2-0, consiguió su estrella 14, y Delfín lo que ganó fue el respeto en Ecuador por llegar por primera vez a una final.
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