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TEMA
Sobreviviendo al VIH

Un hombre con vih cuenta cómo se contagió y la forma en que enfrenta la enfermedad.

Lunes 18 Diciembre 2017 | 04:00

A Juan le dijeron que  tenía VIH y en ese momento se quedó sin familia, trabajo y amigos. 
Era como si los hubieran  borrado de su vida, porque desaparecieron y solo quedaron aquellos que lo señalaban y culpaban de haber contagiado  a su  mujer. 
En ese instante nadie lo escuchó. Juan repetía que no sabía cómo se había infectado y que él no tenía la culpa, pero todos lo acusaban. “Yo no había estado con nadie más que mi  mujer, pero aún así, por ser hombre,  nadie me creía. Con mi mujer terminamos separándonos y mi familia se desintegró”, recuerda. 
Todo esto le ocurrió hace diez años. Juan vivía en la provincia de Los Ríos. Era un agricultor con trabajos eventuales y una familia, en ese entonces con tres hijos. 
Aquello lo perdió cuando le detectaron la enfermedad, pero él seguía sin entender cómo se contagió.  
Pasó un año y Juan buscaba en su cabeza instantes o circunstancias que le explicaran lo sucedido. Era imposible, no hallaba respuestas.
Por esos días empezó a reconquistar a su esposa. Se veían por los niños y conversaban más seguido. En ambos surgió  la  sospecha de que la infección del virus no había sido por actividad sexual, sino por otra causa. 
La mujer recordó que meses antes de enterarse que tenían VIH, ella se había sometido a una operación y dijo haber visto que en la sala de operaciones de la clínica usaron los mismos implementos de otro paciente. 
Empezó a preguntar  y se enteró que habían reportado a personas contagiadas con VIH en el lugar por el mal uso de instrumentos. 
Los esposos fueron a buscar al médico que operó a la mujer, pero nunca lo encontraron. Al final concluyeron que esa había sido la causa del contagio. A ella la infectaron en una operación y luego él se contagió vía sexual. 
Su nueva vida.  Juan no tuvo rencores por lo sucedido y decidió darle la vuelta a la página. Ahora trabaja como reciclador y vive con su esposa y cuatro hijos en Manta.
Es un hombre flaco, de rostro pálido y lánguido. Usa un sombrero para protegerse del sol, porque los médicos le han dicho que no puede exponerse a altas temperaturas. 
Es que Juan no solo tiene VIH, sino que también padece de insuficiencia renal, una enfermedad que deja sin funcionamiento a los riñones.   
Tres veces a la semana se realiza diálisis y el resto de los días empuja una carreta buscando plásticos y cartones en las calles de Manta.   
Juan no se deja vencer; él dice que el VIH no significa estar muerto, por lo que hay que seguir adelante. “Esta es una enfermedad como todas, mientras esté con tratamiento  no hay impedimento, solo hay que cuidarse , no fumar y no beber alcohol”, agrega. 
La otra cara de la moneda es la insuficiencia renal. Esa sí lo tiene mal. Dice que  cada vez que sale de las diálisis queda muy débil y debe descansar unas horas, lo que limita su horario  de trabajo.
Además debe cuidar mucho su alimentación. No puede beber mucha agua y consumir cualquier tipo de comida. “Es bien difícil lidiar con esto, más complicado que el mismo VIH”, expresa. 
Debido a la falta de trabajo,  Juan le apostó al reciclaje. Cuando no debe hacerse  diálisis sale de su casa a las siete de la mañana para recoger botellas. 
Trabaja durante todo el día y recorre largas distancias, desde Tarqui a San Juan de Manta, y desde el centro de la ciudad a Urbirríos. “Nunca me he rendido, porque tengo una familia que mantener, pero sí me gustaría trabajar en una moto adherida a mi carreta, ya que eso haría más fácil mi traslado y ahorraría tiempo”, expresa. 
Juan dice que no quiere caridad. Él solo quiere una herramienta para trabajar porque a pesar de sus enfermedades no está dispuesto a pedir caridad. 
Datos del  VIH. Los datos del Ministerio de Salud Pública (MSP) de Ecuador indican que 15.042 personas viven con el virus del VIH-Sida en el país. 
En 2015 hubo 3.294 nuevos contagios, según el MSP. Acota que la enfermedad está concentrada en personas transexuales (31.9% en Quito) y de hombres que tienen sexo con hombres (11.7% en Quito y Guayaquil).
El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es el que mata o daña a las células del sistema inmunológico del organismo debilitando sus defensas.
Por su parte, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es causado por el VIH. Tener sida significa estar en el estado más crítico de la infección. 
Juan dice que si el portador se cuida puede vivir muchos años con la enfermedad. Y esa es su meta. Él quiere seguir en este mundo porque sus cuatro hijos son menores de edad y él quiere verlos crecer.
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